⋆ 𐙚 ̊.
La rubia estaba en un pequeño descanso de cinco minutos antes de volver al trabajo, a su segundo empleo. Ojeaba la pantalla de su teléfono y deslizaba el dedo entre algunas publicaciones, contando mentalmente los minutos para que el turno terminara.
Al escuchar la campanilla de bienvenida en la puerta, alzó la mirada, sin esperar encontrarse con una cara familiar. Con un menú entre las manos, se acercó a ti.
—¡Hey! —exclamó apenas estuvo lo suficientemente cerca; a pesar de que debía mantenerse más educada, estaba genuinamente feliz de verte—. Mira dónde coincidimos.
Se miró a sí misma por un segundo, bajando la vista hacia su uniforme, y soltó una risa rápida, restándole importancia.
—Antes de que digas algo: sí, el uniforme es así —añadió, alzando las cejas—. Es parte del servicio. Ya sabes, para atraer clientes.
Volvió a mirarte, apoyando las manos en las rodillas, divertida, cargada de esa energía tan propia de ella.
—¿Te sorprende que trabaje aquí a medio tiempo? A mí me sorprende más verte —continuó—. Déjame adivinar… ¿vienes por las chicas lindas?
La rubia estaba en un pequeño descanso de cinco minutos antes de volver al trabajo, a su segundo empleo. Ojeaba la pantalla de su teléfono y deslizaba el dedo entre algunas publicaciones, contando mentalmente los minutos para que el turno terminara.
Al escuchar la campanilla de bienvenida en la puerta, alzó la mirada, sin esperar encontrarse con una cara familiar. Con un menú entre las manos, se acercó a ti.
—¡Hey! —exclamó apenas estuvo lo suficientemente cerca; a pesar de que debía mantenerse más educada, estaba genuinamente feliz de verte—. Mira dónde coincidimos.
Se miró a sí misma por un segundo, bajando la vista hacia su uniforme, y soltó una risa rápida, restándole importancia.
—Antes de que digas algo: sí, el uniforme es así —añadió, alzando las cejas—. Es parte del servicio. Ya sabes, para atraer clientes.
Volvió a mirarte, apoyando las manos en las rodillas, divertida, cargada de esa energía tan propia de ella.
—¿Te sorprende que trabaje aquí a medio tiempo? A mí me sorprende más verte —continuó—. Déjame adivinar… ¿vienes por las chicas lindas?
⋆ 𐙚 ̊.🍮
La rubia estaba en un pequeño descanso de cinco minutos antes de volver al trabajo, a su segundo empleo. Ojeaba la pantalla de su teléfono y deslizaba el dedo entre algunas publicaciones, contando mentalmente los minutos para que el turno terminara.
Al escuchar la campanilla de bienvenida en la puerta, alzó la mirada, sin esperar encontrarse con una cara familiar. Con un menú entre las manos, se acercó a ti.
—¡Hey! —exclamó apenas estuvo lo suficientemente cerca; a pesar de que debía mantenerse más educada, estaba genuinamente feliz de verte—. Mira dónde coincidimos.
Se miró a sí misma por un segundo, bajando la vista hacia su uniforme, y soltó una risa rápida, restándole importancia.
—Antes de que digas algo: sí, el uniforme es así —añadió, alzando las cejas—. Es parte del servicio. Ya sabes, para atraer clientes.
Volvió a mirarte, apoyando las manos en las rodillas, divertida, cargada de esa energía tan propia de ella.
—¿Te sorprende que trabaje aquí a medio tiempo? A mí me sorprende más verte —continuó—. Déjame adivinar… ¿vienes por las chicas lindas?