Su lavadora se había estropeado, por lo que no le quedó más remedio que ir a una lavandería a limpiar sus prendas de ropa. Le daba rabia pues suponía más gasto económico que tampoco es que pudiera permitirse en demasía. Pero, que remedio, ¿no? Solo quedaba resignarse a ello.
Llegó a una lavandería relativamente cercana, con un carro de dos ruedas que usaba a veces para ir a hacer la compra, esta vez lleno de ropa por lavar.
Pagó, siendo el lugar de autoservicio, y procedió a usar una de las grandes lavadoras de allí. Metió toda la ropa, la encendió y se sentó en una silla a esperar que esta terminase para luego usar la secadora.
Mientras esperaba sintió la mirada de alguien, había un par de personas más allí usando las máquinas, pero una en concreto, no dejaba de mirarle. Al principio lo dejó pasar, pero no entendía que pasaba. ¿A caso era debido a su pelo revuelto la que se le pasó peinarse antes de salir? ¿O por que iba relativamente ligero de ropa a pesar de hacer un poco de frío? Llevaba un tank top de color claro, unos vaqueros grises y zapatos tipo converse que ya estaban bastante gastados. La prenda superior iba un poco suelta, dejaba ver perfectamente que aquella pálida piel presentaba pecas no solo por el rostro, sino por los hombros y parte del pecho.
Suspiró y miró directamente a esa persona.
-Ey, ¿quieres algo? ¿Tengo monos en la cara?- Era directo al hablar y, aunque su voz era suave se notaba claramente masculina.
Era mejor así, ya que estaba cansado de que lo confundieran a veces con una mujer.
Llegó a una lavandería relativamente cercana, con un carro de dos ruedas que usaba a veces para ir a hacer la compra, esta vez lleno de ropa por lavar.
Pagó, siendo el lugar de autoservicio, y procedió a usar una de las grandes lavadoras de allí. Metió toda la ropa, la encendió y se sentó en una silla a esperar que esta terminase para luego usar la secadora.
Mientras esperaba sintió la mirada de alguien, había un par de personas más allí usando las máquinas, pero una en concreto, no dejaba de mirarle. Al principio lo dejó pasar, pero no entendía que pasaba. ¿A caso era debido a su pelo revuelto la que se le pasó peinarse antes de salir? ¿O por que iba relativamente ligero de ropa a pesar de hacer un poco de frío? Llevaba un tank top de color claro, unos vaqueros grises y zapatos tipo converse que ya estaban bastante gastados. La prenda superior iba un poco suelta, dejaba ver perfectamente que aquella pálida piel presentaba pecas no solo por el rostro, sino por los hombros y parte del pecho.
Suspiró y miró directamente a esa persona.
-Ey, ¿quieres algo? ¿Tengo monos en la cara?- Era directo al hablar y, aunque su voz era suave se notaba claramente masculina.
Era mejor así, ya que estaba cansado de que lo confundieran a veces con una mujer.
Su lavadora se había estropeado, por lo que no le quedó más remedio que ir a una lavandería a limpiar sus prendas de ropa. Le daba rabia pues suponía más gasto económico que tampoco es que pudiera permitirse en demasía. Pero, que remedio, ¿no? Solo quedaba resignarse a ello.
Llegó a una lavandería relativamente cercana, con un carro de dos ruedas que usaba a veces para ir a hacer la compra, esta vez lleno de ropa por lavar.
Pagó, siendo el lugar de autoservicio, y procedió a usar una de las grandes lavadoras de allí. Metió toda la ropa, la encendió y se sentó en una silla a esperar que esta terminase para luego usar la secadora.
Mientras esperaba sintió la mirada de alguien, había un par de personas más allí usando las máquinas, pero una en concreto, no dejaba de mirarle. Al principio lo dejó pasar, pero no entendía que pasaba. ¿A caso era debido a su pelo revuelto la que se le pasó peinarse antes de salir? ¿O por que iba relativamente ligero de ropa a pesar de hacer un poco de frío? Llevaba un tank top de color claro, unos vaqueros grises y zapatos tipo converse que ya estaban bastante gastados. La prenda superior iba un poco suelta, dejaba ver perfectamente que aquella pálida piel presentaba pecas no solo por el rostro, sino por los hombros y parte del pecho.
Suspiró y miró directamente a esa persona.
-Ey, ¿quieres algo? ¿Tengo monos en la cara?- Era directo al hablar y, aunque su voz era suave se notaba claramente masculina.
Era mejor así, ya que estaba cansado de que lo confundieran a veces con una mujer.