La luz cálida que entraba por los ventanales resbalaba por su espalda desnuda, marcando cada línea de músculo mientras él se subía los pantalones con una lentitud casi intencionada. El cigarrillo le colgaba de los labios, soltando una fina línea de humo que subía como una invitación.

Ni siquiera se giró, solo sonrió de lado, como si ya supiera que estaba siendo observado.

- Mmh, así que llegas justo cuando me estoy vistiendo. Qué casualidad, ¿no? -

Tiró un poco más del pantalón, encajándolo sobre las caderas, y finalmente giró la cabeza lo suficiente para mostrar una mirada mitad agotada, mitad peligrosa, pero completamente consciente del efecto que provocaba.

- Si querías llamar mi atención, podías haberlo hecho de frente. No hace falta esconderse para mirarme. -