-Escena de rol con ℭ𝔞𝔦𝔫 -

"Entre los colmillos y la pared"

¿Otro día de mierda? Por supuesto. ¿Iba a buscar un bar en cuanto terminase de trabajar y tomase una ducha? Sin dudarlo.

Ya empezaba a volverse una rutina salir a beber, siendo lógicamente algo nocivo. ¿A caso no veía que no existía tanta diferencia entre la politoxicomanía que sufría su madre y los principios de alcoholismo por su parte? Sí, era plenamente consciente de ello pero aún así no encontraba otra forma de despejarse y olvidarse de todo por un rato. Soltarse y dejar atrás su problemática vida familiar, entre otras cosas.

Así lo hizo. La jornada finalizó, puso rumbo a su pequeño, pero bien limpio y ordenado, apartamento y tomó una ducha tranquilo.
No era alguien dado a arreglarse, al menos no sin un motivo. Tampoco es que tuviera opción a comprar buenas ropas o cosas más finas y elegantes. Casi siempre vestía ropa cómoda en tonos grises, blancos, marrones o verdes. Pero lo cierto era que esos tonos y esas prendas le sentaban muy bien, no había necesidad de ofuscarse por ello.

Cenó un poco antes de salir y empezó a deambular por las calles. Originalmente el plan era ir a uno de los locales que solía frecuentar, pero esa noche se sentía atrevido. Siguió vagando sin rumbo fijo hasta que encontrase algún sitio que no conociera y que le llamase la atención. Difícil, pues estaba casi seguro de haber entrado en todos los locales de la zona.
O eso pensó.
Dio con un lugar de aspecto un tanto oscuro pero con un toque pseudo elegante. No parecía haber portero guardando la entrada, extraño. Tampoco se filtraba música al exterior por lo que contaba con buen aislamiento, seguro.

Después de meditarlo un minuto, se decidió a entrar. Por alguna extraña razón había algo en el ambiente que le desagradaba. Algo totalmente ilógico ya que nunca había estado allí como para sentir rechazo. ¿Qué era?... Un olor a... No tenía ni idea de a qué, pero sentía como le erizaba el bello de la nuca.
Decidió ignorar la sensación y se dirigió directamente a la barra a pedir un Long island icetea.

¿Era cosa suya o sentía varas miradas sobre él? ¿Qué le pasaba a la gente de ese club? Era cierto que por su aspecto, andrógino, de piel nívea, largo cabello castaño claro y ojos con heterocromía, solía llamar la atención allí donde iba. Pero esas miradas... Se sentían distintas. ¿Por qué sus sentidos se mantenían en alerta, con la guardia tan en alto?

-Oye. ¿No me vas a preparar la copa? Tampoco es que te haya pedido nada raro.- Le recriminó al barman, el cual también lo observaba de forma extraña.

Poco sabía Ren dónde había ido a parar.
-Escena de rol con [F1rstTraitor] - "Entre los colmillos y la pared" ¿Otro día de mierda? Por supuesto. ¿Iba a buscar un bar en cuanto terminase de trabajar y tomase una ducha? Sin dudarlo. Ya empezaba a volverse una rutina salir a beber, siendo lógicamente algo nocivo. ¿A caso no veía que no existía tanta diferencia entre la politoxicomanía que sufría su madre y los principios de alcoholismo por su parte? Sí, era plenamente consciente de ello pero aún así no encontraba otra forma de despejarse y olvidarse de todo por un rato. Soltarse y dejar atrás su problemática vida familiar, entre otras cosas. Así lo hizo. La jornada finalizó, puso rumbo a su pequeño, pero bien limpio y ordenado, apartamento y tomó una ducha tranquilo. No era alguien dado a arreglarse, al menos no sin un motivo. Tampoco es que tuviera opción a comprar buenas ropas o cosas más finas y elegantes. Casi siempre vestía ropa cómoda en tonos grises, blancos, marrones o verdes. Pero lo cierto era que esos tonos y esas prendas le sentaban muy bien, no había necesidad de ofuscarse por ello. Cenó un poco antes de salir y empezó a deambular por las calles. Originalmente el plan era ir a uno de los locales que solía frecuentar, pero esa noche se sentía atrevido. Siguió vagando sin rumbo fijo hasta que encontrase algún sitio que no conociera y que le llamase la atención. Difícil, pues estaba casi seguro de haber entrado en todos los locales de la zona. O eso pensó. Dio con un lugar de aspecto un tanto oscuro pero con un toque pseudo elegante. No parecía haber portero guardando la entrada, extraño. Tampoco se filtraba música al exterior por lo que contaba con buen aislamiento, seguro. Después de meditarlo un minuto, se decidió a entrar. Por alguna extraña razón había algo en el ambiente que le desagradaba. Algo totalmente ilógico ya que nunca había estado allí como para sentir rechazo. ¿Qué era?... Un olor a... No tenía ni idea de a qué, pero sentía como le erizaba el bello de la nuca. Decidió ignorar la sensación y se dirigió directamente a la barra a pedir un Long island icetea. ¿Era cosa suya o sentía varas miradas sobre él? ¿Qué le pasaba a la gente de ese club? Era cierto que por su aspecto, andrógino, de piel nívea, largo cabello castaño claro y ojos con heterocromía, solía llamar la atención allí donde iba. Pero esas miradas... Se sentían distintas. ¿Por qué sus sentidos se mantenían en alerta, con la guardia tan en alto? -Oye. ¿No me vas a preparar la copa? Tampoco es que te haya pedido nada raro.- Le recriminó al barman, el cual también lo observaba de forma extraña. Poco sabía Ren dónde había ido a parar.
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