La soledad es aquello que nos hace más fuertes o eso dicen.
La soledad es enemiga, amiga, incluso desconocida y amante. Miles de pensamientos rondaban la cabeza de la deidad de la primavera, cansada, hastiada de sus propios pensamientos, su honda respiración se hizo presente a la profundidad a la que sus pulmones llegaban a ese sentimiento de quemazón, después de tragar saliva, procesar y recapitular sus pensamientos, y ante todo controlar la impulsividad, llevó la mano zurda al pecho, a la zona del corazón.
Apretó dicha zona como a un clavo ardiente, arrugando por ende toda aquella pieza del vestido, las lágrimas caían por sus mejillas, su rostro intentó metamorfosearle en rigidez, costaba, no era imposible, tampoco posible, pero ahí estaba, pivotando de un batiburrillo de pensamientos a cada cual, peor.
Sentía calambres en la espalda, en el vientre incluso, temía a la más oscura de las sombras, tragó saliva, su pensamiento pivotó a otro, y sucesivamente, su piel se erizó... algo ocurrida en el cuerpo y mente de Perséfone, miles de sentimientos flotaban: ¿cariño, amor, pasión, miedo, lujuria...?
La soledad es enemiga, amiga, incluso desconocida y amante. Miles de pensamientos rondaban la cabeza de la deidad de la primavera, cansada, hastiada de sus propios pensamientos, su honda respiración se hizo presente a la profundidad a la que sus pulmones llegaban a ese sentimiento de quemazón, después de tragar saliva, procesar y recapitular sus pensamientos, y ante todo controlar la impulsividad, llevó la mano zurda al pecho, a la zona del corazón.
Apretó dicha zona como a un clavo ardiente, arrugando por ende toda aquella pieza del vestido, las lágrimas caían por sus mejillas, su rostro intentó metamorfosearle en rigidez, costaba, no era imposible, tampoco posible, pero ahí estaba, pivotando de un batiburrillo de pensamientos a cada cual, peor.
Sentía calambres en la espalda, en el vientre incluso, temía a la más oscura de las sombras, tragó saliva, su pensamiento pivotó a otro, y sucesivamente, su piel se erizó... algo ocurrida en el cuerpo y mente de Perséfone, miles de sentimientos flotaban: ¿cariño, amor, pasión, miedo, lujuria...?
La soledad es aquello que nos hace más fuertes o eso dicen.
La soledad es enemiga, amiga, incluso desconocida y amante. Miles de pensamientos rondaban la cabeza de la deidad de la primavera, cansada, hastiada de sus propios pensamientos, su honda respiración se hizo presente a la profundidad a la que sus pulmones llegaban a ese sentimiento de quemazón, después de tragar saliva, procesar y recapitular sus pensamientos, y ante todo controlar la impulsividad, llevó la mano zurda al pecho, a la zona del corazón.
Apretó dicha zona como a un clavo ardiente, arrugando por ende toda aquella pieza del vestido, las lágrimas caían por sus mejillas, su rostro intentó metamorfosearle en rigidez, costaba, no era imposible, tampoco posible, pero ahí estaba, pivotando de un batiburrillo de pensamientos a cada cual, peor.
Sentía calambres en la espalda, en el vientre incluso, temía a la más oscura de las sombras, tragó saliva, su pensamiento pivotó a otro, y sucesivamente, su piel se erizó... algo ocurrida en el cuerpo y mente de Perséfone, miles de sentimientos flotaban: ¿cariño, amor, pasión, miedo, lujuria...?