𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳

La puerta se cerró detrás de ella, ahogando la ruidosa música que provenía del local. La rubia salió de ahí medio doblada de la risa, llevándose una mano al estómago mientras intentaba recuperar el aliento. Hace tiempo que extrañaba estás noches de chicas.

Soltó un suspiro, dejando caer la mejilla en su mano con calma. Se acomodó un mechón rubio detrás de la oreja y la brisa nocturna hizo que se estremeciera un poco de frío. Levanto un poco la vista y al verte a un costado, su expresión se congeló un segundo, sorprendida, antes de que una pequeña sonrisa torpe y avergonzada aparecía como reflejo al darse cuenta de que no estaba sola.

—Oh...no pensé que habría alguien más aquí. —admitió con una honestidad tranquila, más que incomoda parecía un poco haber sido pillada desprevenida.

Se enderezó un poco, intentando tomar nuevamente su postura festiva.

—Lamento interrumpir tu tranquilidad, solo necesitaba un poco de aire. —habló con un tono suave, amigable, aún con las mejillas ligeramente calientes por la risa reciente.

Miro hacía la puerta un instante y luego volvió a mirar en tu dirección. No sabía si se trataba de su buen humor o tal vez los mojitos que llevaba demás, pero se atrevió a preguntar:

—¿Llevas mucho aquí?

Nari siempre solía hablar de más.
𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳🍮 La puerta se cerró detrás de ella, ahogando la ruidosa música que provenía del local. La rubia salió de ahí medio doblada de la risa, llevándose una mano al estómago mientras intentaba recuperar el aliento. Hace tiempo que extrañaba estás noches de chicas. Soltó un suspiro, dejando caer la mejilla en su mano con calma. Se acomodó un mechón rubio detrás de la oreja y la brisa nocturna hizo que se estremeciera un poco de frío. Levanto un poco la vista y al verte a un costado, su expresión se congeló un segundo, sorprendida, antes de que una pequeña sonrisa torpe y avergonzada aparecía como reflejo al darse cuenta de que no estaba sola. —Oh...no pensé que habría alguien más aquí. —admitió con una honestidad tranquila, más que incomoda parecía un poco haber sido pillada desprevenida. Se enderezó un poco, intentando tomar nuevamente su postura festiva. —Lamento interrumpir tu tranquilidad, solo necesitaba un poco de aire. —habló con un tono suave, amigable, aún con las mejillas ligeramente calientes por la risa reciente. Miro hacía la puerta un instante y luego volvió a mirar en tu dirección. No sabía si se trataba de su buen humor o tal vez los mojitos que llevaba demás, pero se atrevió a preguntar: —¿Llevas mucho aquí? Nari siempre solía hablar de más.
Me encocora
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