Aquella mañana con Eunwoo Kim había sido como si esta fuera sacada de una película romántica.
¿Se podía permitir un Serafín desterrado del cielo, con una maldición que resta años de vida a todo el que toca, vivir algo así?
Probablemente no... ¿Cómo iba a funcionar?
El coreano le había empaquetado la comida que había sobrado. El ángel la sacó de la bolsa para guardarla en el frigorífico. Entonces se percató de que había una nota dentro de la bolsa.
Elorien, al leer aquella nota, no pudo evitar que una sonrisa se le dibujara en los labios, acompañada de un rubor que encendió sus mejillas de inmediato. ¿Eso eran saltitos de alegría?... Se sorprendió a sí mismo haciendo aquello, por suerte está solo en casa.
Se acercó a la nevera, tomó uno de los imanes que decoraban esta y adherió la nota sobre la superficie metálica de este.
Volvió a sonreír... Quizás sí que se merecía una historia feliz.
¿Se podía permitir un Serafín desterrado del cielo, con una maldición que resta años de vida a todo el que toca, vivir algo así?
Probablemente no... ¿Cómo iba a funcionar?
El coreano le había empaquetado la comida que había sobrado. El ángel la sacó de la bolsa para guardarla en el frigorífico. Entonces se percató de que había una nota dentro de la bolsa.
Elorien, al leer aquella nota, no pudo evitar que una sonrisa se le dibujara en los labios, acompañada de un rubor que encendió sus mejillas de inmediato. ¿Eso eran saltitos de alegría?... Se sorprendió a sí mismo haciendo aquello, por suerte está solo en casa.
Se acercó a la nevera, tomó uno de los imanes que decoraban esta y adherió la nota sobre la superficie metálica de este.
Volvió a sonreír... Quizás sí que se merecía una historia feliz.
Aquella mañana con [whisper_scarlet_hawk_977] había sido como si esta fuera sacada de una película romántica.
¿Se podía permitir un Serafín desterrado del cielo, con una maldición que resta años de vida a todo el que toca, vivir algo así?
Probablemente no... ¿Cómo iba a funcionar?
El coreano le había empaquetado la comida que había sobrado. El ángel la sacó de la bolsa para guardarla en el frigorífico. Entonces se percató de que había una nota dentro de la bolsa.
Elorien, al leer aquella nota, no pudo evitar que una sonrisa se le dibujara en los labios, acompañada de un rubor que encendió sus mejillas de inmediato. ¿Eso eran saltitos de alegría?... Se sorprendió a sí mismo haciendo aquello, por suerte está solo en casa.
Se acercó a la nevera, tomó uno de los imanes que decoraban esta y adherió la nota sobre la superficie metálica de este.
Volvió a sonreír... Quizás sí que se merecía una historia feliz.