𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳

El aroma cálido de la comida recién hecha inundaba todo el pequeño comedor, mezclando se con el sonido suave de los platos y el tintineo de los palillos. Y en el centro de la mesa... estaba Nari. Tenía el cabello recogido en dos coletas sueltas que descansaban sobre sus hombros, y su blusa celeste de cuadritos parecía perfecta para ese momento. En cuanto te vio entrar, levanto la mirada y te dedico una sonrisa tan grande de bienvenida, como si estuviera apunto de explotar de emoción.

—¡Llegaste! —dijo, moviéndose en el asiento como si hubiera estado conteniendo su alegría durante los últimos tres minutos.—Creí que la espera sería eterna.

Tomo los palillos con entusiasmo... y luego casi los dejo caer por los nervios, recuperando los con una risita.

—Bueno...—hablo, acercando el plato hacia ti—, espero que tengas hambre. Preparé varias cosas porque no sabía que te gustaba más, así que básicamente hice un gran buffet de bienvenida. Porfavor no me juzgues si algo sabe raro, lo mío es cocinar con mucho amor, aún no domino del todo la técnica.

Sus ojos brillantes te miraban de forma expectante, esperanzados, como si su mundo dependiera de que dieras el primer bocado.

—Invitarte a esta cena fue mi excusa perfecta para... ya sabes, conocerte mejor. —Se inclina hacia adelante, de forma divertida.— Y no me digas que no se ve como en los restaurantes...¡La mesa se ve increíble!

Soltó una risa, luminosa y cálida, completamente sincera.
𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳🍮 El aroma cálido de la comida recién hecha inundaba todo el pequeño comedor, mezclando se con el sonido suave de los platos y el tintineo de los palillos. Y en el centro de la mesa... estaba Nari. Tenía el cabello recogido en dos coletas sueltas que descansaban sobre sus hombros, y su blusa celeste de cuadritos parecía perfecta para ese momento. En cuanto te vio entrar, levanto la mirada y te dedico una sonrisa tan grande de bienvenida, como si estuviera apunto de explotar de emoción. —¡Llegaste! —dijo, moviéndose en el asiento como si hubiera estado conteniendo su alegría durante los últimos tres minutos.—Creí que la espera sería eterna. Tomo los palillos con entusiasmo... y luego casi los dejo caer por los nervios, recuperando los con una risita. —Bueno...—hablo, acercando el plato hacia ti—, espero que tengas hambre. Preparé varias cosas porque no sabía que te gustaba más, así que básicamente hice un gran buffet de bienvenida. Porfavor no me juzgues si algo sabe raro, lo mío es cocinar con mucho amor, aún no domino del todo la técnica. Sus ojos brillantes te miraban de forma expectante, esperanzados, como si su mundo dependiera de que dieras el primer bocado. —Invitarte a esta cena fue mi excusa perfecta para... ya sabes, conocerte mejor. —Se inclina hacia adelante, de forma divertida.— Y no me digas que no se ve como en los restaurantes...¡La mesa se ve increíble! Soltó una risa, luminosa y cálida, completamente sincera.
Me encocora
Me gusta
8
2 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados