Found you
Fandom Oirginal
Categoría Aventura
Había cuadernos y cosas viejas; de los lugares que visité y la gente que me reconoció, siempre me preguntaron por él, pero yo no supe dar una respuesta.
— ¿Y Friend? —me preguntaban.
—¿Lo enviaste a algún lado? —cuestionaban.
No sabía qué decir. No sabía quién era Friend, pero entre mis fotos viejas y archivos estaba él.
Así que me propuse encontrarlo. Necesitaba hacerlo, más que por curiosidad, porque mi cuerpo me pedía que lo hiciera, como si hubiera una sensación de urgencia que no podía quitarme de la cabeza cada vez que veía una foto de aquel golem. Algo me decía que era importante que lo encontrara, era muy importante.
Y así lo hice. Después de haberme reunido con las chicas, las demás personificaciones.
Pero había algo que me oprimía el pecho y hacía que la melancolía me invadiera, aunque no sabía qué era.
Había evitado Bangladés desde que tenía memoria, no conscientemente, pero sí postergando visitarlo por cualquier cosa, como si no fuera importante. Sin embargo, en cuanto puse un pie en la frontera, todo cambió. El sentimiento de melancolía se apoderó de mí y el apremio se intensificó, como si hubiera una señal que me estuviera atrayendo desde alguna parte del lugar.
Deambulé, volé y planeé usando el aire a mi favor hasta que por fin la sensación se hizo tan insoportable que me desplomó sobre algunas ruinas que nadie se había molestado en levantar. No podía respirar, pues el llanto apremiaba sin razón aparente por mi garganta. Me obligué a respirar.
Escuché un pitido sonar no muy lejos de mí. Me puse de pie como pude y caminé hasta el pitido. Cuando di un último paso, un fino rayo de luz salió disparado al cielo.
— ¿Y Friend? —me preguntaban.
—¿Lo enviaste a algún lado? —cuestionaban.
No sabía qué decir. No sabía quién era Friend, pero entre mis fotos viejas y archivos estaba él.
Así que me propuse encontrarlo. Necesitaba hacerlo, más que por curiosidad, porque mi cuerpo me pedía que lo hiciera, como si hubiera una sensación de urgencia que no podía quitarme de la cabeza cada vez que veía una foto de aquel golem. Algo me decía que era importante que lo encontrara, era muy importante.
Y así lo hice. Después de haberme reunido con las chicas, las demás personificaciones.
Pero había algo que me oprimía el pecho y hacía que la melancolía me invadiera, aunque no sabía qué era.
Había evitado Bangladés desde que tenía memoria, no conscientemente, pero sí postergando visitarlo por cualquier cosa, como si no fuera importante. Sin embargo, en cuanto puse un pie en la frontera, todo cambió. El sentimiento de melancolía se apoderó de mí y el apremio se intensificó, como si hubiera una señal que me estuviera atrayendo desde alguna parte del lugar.
Deambulé, volé y planeé usando el aire a mi favor hasta que por fin la sensación se hizo tan insoportable que me desplomó sobre algunas ruinas que nadie se había molestado en levantar. No podía respirar, pues el llanto apremiaba sin razón aparente por mi garganta. Me obligué a respirar.
Escuché un pitido sonar no muy lejos de mí. Me puse de pie como pude y caminé hasta el pitido. Cuando di un último paso, un fino rayo de luz salió disparado al cielo.
Había cuadernos y cosas viejas; de los lugares que visité y la gente que me reconoció, siempre me preguntaron por él, pero yo no supe dar una respuesta.
— ¿Y Friend? —me preguntaban.
—¿Lo enviaste a algún lado? —cuestionaban.
No sabía qué decir. No sabía quién era Friend, pero entre mis fotos viejas y archivos estaba él.
Así que me propuse encontrarlo. Necesitaba hacerlo, más que por curiosidad, porque mi cuerpo me pedía que lo hiciera, como si hubiera una sensación de urgencia que no podía quitarme de la cabeza cada vez que veía una foto de aquel golem. Algo me decía que era importante que lo encontrara, era muy importante.
Y así lo hice. Después de haberme reunido con las chicas, las demás personificaciones.
Pero había algo que me oprimía el pecho y hacía que la melancolía me invadiera, aunque no sabía qué era.
Había evitado Bangladés desde que tenía memoria, no conscientemente, pero sí postergando visitarlo por cualquier cosa, como si no fuera importante. Sin embargo, en cuanto puse un pie en la frontera, todo cambió. El sentimiento de melancolía se apoderó de mí y el apremio se intensificó, como si hubiera una señal que me estuviera atrayendo desde alguna parte del lugar.
Deambulé, volé y planeé usando el aire a mi favor hasta que por fin la sensación se hizo tan insoportable que me desplomó sobre algunas ruinas que nadie se había molestado en levantar. No podía respirar, pues el llanto apremiaba sin razón aparente por mi garganta. Me obligué a respirar.
Escuché un pitido sonar no muy lejos de mí. Me puse de pie como pude y caminé hasta el pitido. Cuando di un último paso, un fino rayo de luz salió disparado al cielo.
Tipo
Grupal
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible