> *El sonido de pasos firmes se mezcla con el olor del tabaco detrás de la parroquia. Los chicos apenas alcanzan a esconder los cigarros cuando una voz familiar rompe el silencio.*
“Ah, hijos míos...”
> *Con un movimiento rápido, el padre Michael les quita los cigarrillos y uno de los paquetes, lo examina con el ceño fruncido y una media sonrisa.*
“¿Esto fuman? ¡Por el amor de Dios, esto es prácticamente pasto!”
> *Da una calada breve, se atraganta un poco y suelta una tos fingida antes de exhalar el humo con gesto teatral.*
“Como sospechaba. Les estoy haciendo un favor, muchachos… esta es la peor que hay. Ni el infierno fumaria ésto.”
> *Les devuelve el paquete con una sonrisa pícara.*
“Ahora, si de verdad quieren vivir al límite, vengan mañana a misa desde las siete. Eso sí pone a prueba la fe y la resistencia.”