โ‹†. ๐™šหšเฟ” ๐™๐™๐™š๐™ฎ ๐™จ๐™–๐™ฎ ๐™ฉ๐™๐™š๐™ง๐™š ๐™–๐™ง๐™š ๐™ฃ๐™ค ๐™˜๐™ค๐™ž๐™ฃ๐™˜๐™ž๐™™๐™š๐™ฃ๐™˜๐™š๐™จ, ๐™ค๐™ฃ๐™ก๐™ฎ ๐™™๐™š๐™จ๐™ฉ๐™ž๐™ฃ๐™ฎ ๐™™๐™ž๐™จ๐™œ๐™ช๐™ž๐™จ๐™š๐™™ ๐™–๐™จ ๐™˜๐™๐™–๐™ฃ๐™˜๐™š ๐™ฉ๐™ค ๐™ž๐™ฃ๐™ฉ๐™ง๐™ค๐™™๐™ช๐™˜๐™š ๐™ฎ๐™ค๐™ช ๐™ฉ๐™ค ๐™ฉ๐™๐™š ๐™ฅ๐™š๐™ง๐™จ๐™ค๐™ฃ ๐™ฎ๐™ค๐™ช ๐™ฌ๐™š๐™ง๐™š ๐™ข๐™š๐™–๐™ฃ๐™ฉ ๐™ฉ๐™ค ๐™›๐™ž๐™ฃ๐™™. ๐œ—๐œšหšโ‹†
Rol w/ ๐–ฌ๐–ธ๐–ฒ๐–ณ๐–ค๐–ฑ๐–จ๐–ฎ

—Cuando se dió a conocer quien era la persona que se ocultaba detrás de la mascada de Spider-man fue una noticia que sacudió a todo el mundo, incluso el submarino donde Namor era rey. Él estuvo al pendiente de las reacciones en los medios y de la propia gente quienes ponían a "Mysterio" como un héroe incomprendido y víctima de las circunstancias. A pesar de esto él prefería no opinar ya que su criterio de la gente le gustaba formarlo él mismo y no por voces ajenas.

Parecía que el tema de Mysterio había pasado más no olvidado. Respecto al rey de Talokan, se mantenía vigilante a las necesidades de su pueblo. Fue por aquellos días que Namor se encaminó presuroso a las afueras de su ciudad, en un lugar especial que tenía para meditar cuando las labores reales terminaban siendo demasiado abrumadoras.

En el pequeño Cenote X'batun, ubicado cerca de su reino, en un extremo de Yucatán, era donde el rey mestizo podía encontrar la paz en medio de un mundo que le exigía tomar siempre las mejores decisiones, tanto para su reino y gente como para los habitantes de la superficie que ahora conocían la nación que por años buscó ocultar. Esa era una de las cosas que meditaba aquella tarde, si realmente había hecho bien en seguir el consejo de su amigo T'Challa, rey también de la soberana nación de Wakanda, sobre exponer Talokan al mundo así como él lo hizo en su momento con la nación conocida por su abundancia en vibranium.

En un principio la idea le parecía terrible, no obstante, más pronto que tarde se dió cuenta que quizá era lo mejor para que así los demás mandatarios tuvieran a consideración no contribuir más en la continuación del mar a sabiendas que, además de la abundante fauna marina, había gente, una civilización que sufría las repercusiones de esos ataques químicos y de basura, haciendo de las aguas un caldo oscuro de infecciones y contaminación donde era imposible vivir.

A pesar de esto, aún cuando su causa había sido en bien de su pueblo, dejar Talokan al descubierto marcó una alza en las inmersiones extra oficiales a esta nación para recolectar todo tipo de materiales y elementos a los que pudieran sacarle provecho. Aún no lograba identificar del todo a qué nación, gremio, asociación o grupo pertenecía la gente ya que siempre usaban un uniforme de licra negro. Tampoco les daba tiempo de presentarse, tan solo los sacaba de ahí con ayuda de sus habilidades o de los animales marinos como las orcas que, si bien no les hacían daño, si les daban un buen susto para no volver.

Supo entonces que quizá, lo que aquellos hombres buscaban era algún rastro de la Ya'xche Tsi'tsi'n o también llamada por los colonos como la "Artemisa mexicana" una planta que crecía en el fondo del mar, cerca de Talokan y que había ayudado a la civilización a muchas cosas, como respirar bajo el agua, pero sobre todo, sus poderes curativos habían salvado la vida del mismo Namor, cuando corría peligro en el vientre de su madre. Sin embargo, a pesar de que él creía esto, la realidad era distinta.

Las habilidades del monarca venían desde su propio AND ya que él había nacido con un gen que era catalogado como "el gen X, el gen mutante." La planta solo potencializaba esas características más todas eran innatas en él, un regalo de la propia evolución.

A su vez, Namor era consciente que tarde o temprano la planta podría caer en manos de personas equivocadas, pero hasta entonces, llevaría en hombros las consecuencias de sus decisiones como rey. En medio de sus pensamientos, el monarca fue interrumpido por Namora, su consejera y mano derecha quien tras hacer una reverencia tomó la palabra.—

"In máako', to'on jump'éel alerta kaajil tu'ux yóok'ol le sector le superficie, bey u táan xik'nalo'ob yóok'ol Talokan."
( Mi señor, tenemos alerta de movimiento sobre el sector de la superficie, parece que vuelan sobre Talokan.)

—Namor no dijo nada, su rostro se tensó. Sí significaba peligro estaba listo para volver a defender sus dominios. Así, hizo una inmersión de nuevo en el agua junto a Namora para poder nadar hacia la zona donde estaba el conflicto aéreo.

Al llegar, y antes de hacer cualquier acción, se asomó por encima del agua, esta le llegaba tan solo hasta el borde de sus párpados, de ese modo, sí ese resultaba ser problema de la superficie, dejaría que ellos se encargaran de eso. Fue entonces que, al alzar la vista, notó lo que parecía ser una persecución aérea. Una serie de hombres con casco y equipo negro iban tras un hombre que reconoció por las fotos de los periódicos que caían en el mar; estaban siguiendo a Mysterio.

¿Cómo podía ser posible? ¿No el hombre había muerto? ¿Era acaso una ilusión? En su cultura, Namor había aprendido, sabía y creía que los muertos podían regresar del más allá, aunque no estaba seguro que eso fuera lo que pasaba ahora allá arriba en el cielo.

No le lograba identificar si el hombre del casco era en realidad ese Mysterio; se miraba bastante alto, portaba un elegante traje verde. Por la capa morada que se movía contra el viento podría pensar que si era el llamado héroe caído pero sí ese fuera el caso ¿Por qué le perseguían? Aunque lo más peculiar de todo y lo que llamó la atención del rey fue esas letras en el borde de los trajes negros, eran tres: T V A, mismas que se mantenía resaltadas por el color naranja en que estaban bordadas.

De pronto, todo pareció llegar a su final. Uno de ellos, decidido a ganar, lanzó un rayo de propulsión de un bastón de luz en contra del hombre de capa morada, dándole justo, por la espalda, en una zona importante ya que tras el impacto empezó a verlo caer de manera directa y sin escalas hacia el profundo mar.

El emperador, lejos de irse de ahí, no se permitió el dejar al hombre a merced de una muerte terrible, por el contrario, sintió el impulso de ir por él, de ayudarlo. Nadó hasta donde estaba, casi iba a llegar al suelo marino cuando él le tomó del brazo.

Se quedó quieto por un segundo, asegurándose que el hombre aún tuviera vida. No podía distinguir el rostro debido al casco, pero consideró que en esas circunstancias era lo mejor para salvarle la vida. Llamó entonces a una de sus orcas más files, las que le ayudaban con los intrusos, para poder entre los dos moverlo al palacio real en donde le haría un interrogatorio profundo sobre lo que estaba pasando arriba.

Tenía la impresión de que, si ese grupo de hombres se ponían a buscarlo bajo el agua, atacarían antes de preguntar cualquier cosa, por eso se apresuró en sacarlo de ahí antes de que peinaran la zona.

Cuando la orca llegó él trató de ponerlo sobre el lomo del animal pero este se removió, como si reconociera algo que no le gustaba de esa persona.—

¡Ts'o'ok le suficiente Yubarta! Leti' jump'éel orden, Bis le máako' ti' le palacio. Bis tumen yo'osal u kuuch, ma' in k'áat ka mixmáak ku yilik. Ma' in wojel Ba'axten, ba'ale' yaan u sensación ti' u enfrentaré consecuencias tumen le ba'ala'. [ ¡Ya basta Yubarta! Es una orden, carga a este hombre hasta el palacio. Llévalo por la zona de carga, no quiero que nadie lo vea. No sé porque, pero presiento que tendré consecuencias por esto. ]

—Así, la orca no tuvo más remedio que llevar sobre su espalda al mal herido hombre mientras el rey nadaba a su lado, vigilante de que nadie le fuera a seguir el paso. En lo que avanzaban, los peces lo cercaban con curiosidad, casi tanta como la que Namor tenía.

Al paso de unos segundos el casco pecera fue desempañandose, dejando ver así el rostro que había debajo. El rey quedó estupefacto, realmente era aquel llamado héroe, mismo que según él, debía estar durmiendo con los peces, literal, desde hacía tiempo—

Uch, tech táan jach náach le wotoch. ( Amigo, estás muy lejos de casa ) —Le susurró sin saber que, irónicamente, era más que solo un decir, realmente ese hombre venía de lejos, muy lejos, desde una realidad que Namor desconocía siquiera como algo posible.—
โ‹†. ๐™šหšเฟ” ๐™๐™๐™š๐™ฎ ๐™จ๐™–๐™ฎ ๐™ฉ๐™๐™š๐™ง๐™š ๐™–๐™ง๐™š ๐™ฃ๐™ค ๐™˜๐™ค๐™ž๐™ฃ๐™˜๐™ž๐™™๐™š๐™ฃ๐™˜๐™š๐™จ, ๐™ค๐™ฃ๐™ก๐™ฎ ๐™™๐™š๐™จ๐™ฉ๐™ž๐™ฃ๐™ฎ ๐™™๐™ž๐™จ๐™œ๐™ช๐™ž๐™จ๐™š๐™™ ๐™–๐™จ ๐™˜๐™๐™–๐™ฃ๐™˜๐™š ๐™ฉ๐™ค ๐™ž๐™ฃ๐™ฉ๐™ง๐™ค๐™™๐™ช๐™˜๐™š ๐™ฎ๐™ค๐™ช ๐™ฉ๐™ค ๐™ฉ๐™๐™š ๐™ฅ๐™š๐™ง๐™จ๐™ค๐™ฃ ๐™ฎ๐™ค๐™ช ๐™ฌ๐™š๐™ง๐™š ๐™ข๐™š๐™–๐™ฃ๐™ฉ ๐™ฉ๐™ค ๐™›๐™ž๐™ฃ๐™™. ๐œ—๐œšหšโ‹† Rol w/ [MYSTERIO] —Cuando se dió a conocer quien era la persona que se ocultaba detrás de la mascada de Spider-man fue una noticia que sacudió a todo el mundo, incluso el submarino donde Namor era rey. Él estuvo al pendiente de las reacciones en los medios y de la propia gente quienes ponían a "Mysterio" como un héroe incomprendido y víctima de las circunstancias. A pesar de esto él prefería no opinar ya que su criterio de la gente le gustaba formarlo él mismo y no por voces ajenas. Parecía que el tema de Mysterio había pasado más no olvidado. Respecto al rey de Talokan, se mantenía vigilante a las necesidades de su pueblo. Fue por aquellos días que Namor se encaminó presuroso a las afueras de su ciudad, en un lugar especial que tenía para meditar cuando las labores reales terminaban siendo demasiado abrumadoras. En el pequeño Cenote X'batun, ubicado cerca de su reino, en un extremo de Yucatán, era donde el rey mestizo podía encontrar la paz en medio de un mundo que le exigía tomar siempre las mejores decisiones, tanto para su reino y gente como para los habitantes de la superficie que ahora conocían la nación que por años buscó ocultar. Esa era una de las cosas que meditaba aquella tarde, si realmente había hecho bien en seguir el consejo de su amigo T'Challa, rey también de la soberana nación de Wakanda, sobre exponer Talokan al mundo así como él lo hizo en su momento con la nación conocida por su abundancia en vibranium. En un principio la idea le parecía terrible, no obstante, más pronto que tarde se dió cuenta que quizá era lo mejor para que así los demás mandatarios tuvieran a consideración no contribuir más en la continuación del mar a sabiendas que, además de la abundante fauna marina, había gente, una civilización que sufría las repercusiones de esos ataques químicos y de basura, haciendo de las aguas un caldo oscuro de infecciones y contaminación donde era imposible vivir. A pesar de esto, aún cuando su causa había sido en bien de su pueblo, dejar Talokan al descubierto marcó una alza en las inmersiones extra oficiales a esta nación para recolectar todo tipo de materiales y elementos a los que pudieran sacarle provecho. Aún no lograba identificar del todo a qué nación, gremio, asociación o grupo pertenecía la gente ya que siempre usaban un uniforme de licra negro. Tampoco les daba tiempo de presentarse, tan solo los sacaba de ahí con ayuda de sus habilidades o de los animales marinos como las orcas que, si bien no les hacían daño, si les daban un buen susto para no volver. Supo entonces que quizá, lo que aquellos hombres buscaban era algún rastro de la Ya'xche Tsi'tsi'n o también llamada por los colonos como la "Artemisa mexicana" una planta que crecía en el fondo del mar, cerca de Talokan y que había ayudado a la civilización a muchas cosas, como respirar bajo el agua, pero sobre todo, sus poderes curativos habían salvado la vida del mismo Namor, cuando corría peligro en el vientre de su madre. Sin embargo, a pesar de que él creía esto, la realidad era distinta. Las habilidades del monarca venían desde su propio AND ya que él había nacido con un gen que era catalogado como "el gen X, el gen mutante." La planta solo potencializaba esas características más todas eran innatas en él, un regalo de la propia evolución. A su vez, Namor era consciente que tarde o temprano la planta podría caer en manos de personas equivocadas, pero hasta entonces, llevaría en hombros las consecuencias de sus decisiones como rey. En medio de sus pensamientos, el monarca fue interrumpido por Namora, su consejera y mano derecha quien tras hacer una reverencia tomó la palabra.— "In máako', to'on jump'éel alerta kaajil tu'ux yóok'ol le sector le superficie, bey u táan xik'nalo'ob yóok'ol Talokan." ( Mi señor, tenemos alerta de movimiento sobre el sector de la superficie, parece que vuelan sobre Talokan.) —Namor no dijo nada, su rostro se tensó. Sí significaba peligro estaba listo para volver a defender sus dominios. Así, hizo una inmersión de nuevo en el agua junto a Namora para poder nadar hacia la zona donde estaba el conflicto aéreo. Al llegar, y antes de hacer cualquier acción, se asomó por encima del agua, esta le llegaba tan solo hasta el borde de sus párpados, de ese modo, sí ese resultaba ser problema de la superficie, dejaría que ellos se encargaran de eso. Fue entonces que, al alzar la vista, notó lo que parecía ser una persecución aérea. Una serie de hombres con casco y equipo negro iban tras un hombre que reconoció por las fotos de los periódicos que caían en el mar; estaban siguiendo a Mysterio. ¿Cómo podía ser posible? ¿No el hombre había muerto? ¿Era acaso una ilusión? En su cultura, Namor había aprendido, sabía y creía que los muertos podían regresar del más allá, aunque no estaba seguro que eso fuera lo que pasaba ahora allá arriba en el cielo. No le lograba identificar si el hombre del casco era en realidad ese Mysterio; se miraba bastante alto, portaba un elegante traje verde. Por la capa morada que se movía contra el viento podría pensar que si era el llamado héroe caído pero sí ese fuera el caso ¿Por qué le perseguían? Aunque lo más peculiar de todo y lo que llamó la atención del rey fue esas letras en el borde de los trajes negros, eran tres: T V A, mismas que se mantenía resaltadas por el color naranja en que estaban bordadas. De pronto, todo pareció llegar a su final. Uno de ellos, decidido a ganar, lanzó un rayo de propulsión de un bastón de luz en contra del hombre de capa morada, dándole justo, por la espalda, en una zona importante ya que tras el impacto empezó a verlo caer de manera directa y sin escalas hacia el profundo mar. El emperador, lejos de irse de ahí, no se permitió el dejar al hombre a merced de una muerte terrible, por el contrario, sintió el impulso de ir por él, de ayudarlo. Nadó hasta donde estaba, casi iba a llegar al suelo marino cuando él le tomó del brazo. Se quedó quieto por un segundo, asegurándose que el hombre aún tuviera vida. No podía distinguir el rostro debido al casco, pero consideró que en esas circunstancias era lo mejor para salvarle la vida. Llamó entonces a una de sus orcas más files, las que le ayudaban con los intrusos, para poder entre los dos moverlo al palacio real en donde le haría un interrogatorio profundo sobre lo que estaba pasando arriba. Tenía la impresión de que, si ese grupo de hombres se ponían a buscarlo bajo el agua, atacarían antes de preguntar cualquier cosa, por eso se apresuró en sacarlo de ahí antes de que peinaran la zona. Cuando la orca llegó él trató de ponerlo sobre el lomo del animal pero este se removió, como si reconociera algo que no le gustaba de esa persona.— ¡Ts'o'ok le suficiente Yubarta! Leti' jump'éel orden, Bis le máako' ti' le palacio. Bis tumen yo'osal u kuuch, ma' in k'áat ka mixmáak ku yilik. 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( Amigo, estás muy lejos de casa ) —Le susurró sin saber que, irónicamente, era más que solo un decir, realmente ese hombre venía de lejos, muy lejos, desde una realidad que Namor desconocía siquiera como algo posible.—
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