-Ah, ahí estás… curioso espécimen de tranquilidad.
*Su voz suena ligera, con esa musicalidad entre sarcasmo y ternura que sólo Agnes podía manejar. Se inclina apenas, observando con detenimiento.*
-¿Sabías que incluso el silencio tiene una frecuencia? A veces, escucharla dice más que mil ecuaciones…
*Sonríe, ladeando un poco la cabeza mientras juguetea con un mechón de su cabello.*
-Pero claro, no todos tienen el oído o la paciencia para notarlo.
*Su voz suena ligera, con esa musicalidad entre sarcasmo y ternura que sólo Agnes podía manejar. Se inclina apenas, observando con detenimiento.*
-¿Sabías que incluso el silencio tiene una frecuencia? A veces, escucharla dice más que mil ecuaciones…
*Sonríe, ladeando un poco la cabeza mientras juguetea con un mechón de su cabello.*
-Pero claro, no todos tienen el oído o la paciencia para notarlo.
-Ah, ahí estás… curioso espécimen de tranquilidad.
*Su voz suena ligera, con esa musicalidad entre sarcasmo y ternura que sólo Agnes podía manejar. Se inclina apenas, observando con detenimiento.*
-¿Sabías que incluso el silencio tiene una frecuencia? A veces, escucharla dice más que mil ecuaciones…
*Sonríe, ladeando un poco la cabeza mientras juguetea con un mechón de su cabello.*
-Pero claro, no todos tienen el oído o la paciencia para notarlo.