I. La Ofrenda y la Luz.

Déjame verte para dibujarte una sonrisa,
tomar mi mejor color, delineando vuestro rostro cual arco en luna de medianoche.
​Vuestro ser es la brillante estrella que danza
al ritmo de los susurros deambulantes;
solo digno de una Rosa al florecer.

​II. El Desvanecimiento.

Silencio que se apodera de mí, me toma como prisionero,
alejándome de vuestro ser.
​Entrecierro mis ojos, mostrándome cómo se desvanece tu silueta a medida que la luz se opaca. Mis manos ya no tocan tu piel, cuan fino terciopelo. Dejándome sin rastro de tu amor;
un demonio me acecha, tomando mi vida.

​III. El Despertar y el Cuestionamiento.

Un pequeño fragmento de mi corazón ilumina, cuan sol moribundo.
Me despierto desorientado sin saber mi propio nombre;
mi único recuerdo es vuestra despedida a medida que os alejas en el horizonte.
​Mi corazón late tan duro como un martillo en forja; el aliento se me escapa contando los pocos segundos que me quedan.
​Veo hacia el cielo, sintiendo el viento
como si fuesen tus manos que cálidamente rozan mi pálida piel.
Abro mis labios esperando que sean los tuyos que me correspondan.
​¿Por qué os fuiste, tomando un camino al cual yo no puedo seguirte?
O, ¿es que acaso yo tomé un rumbo el cual no podrías tomar?

IV. El Petrificado.

​Cae el día y mi ser se queda petrificado.
Tengo miedo de dormir y no poder encontrarte;
mi vida me abandona, mi alma yace muerta por mis heridas,
cabizbaja y tonta.
​Oh, cuán día os vi por primera vez, tan llena de alegría y calidez.


Poetry in motion.
I. La Ofrenda y la Luz. ​ Déjame verte para dibujarte una sonrisa, tomar mi mejor color, delineando vuestro rostro cual arco en luna de medianoche. ​Vuestro ser es la brillante estrella que danza al ritmo de los susurros deambulantes; solo digno de una Rosa al florecer. ​II. El Desvanecimiento. ​ Silencio que se apodera de mí, me toma como prisionero, alejándome de vuestro ser. ​Entrecierro mis ojos, mostrándome cómo se desvanece tu silueta a medida que la luz se opaca. Mis manos ya no tocan tu piel, cuan fino terciopelo. Dejándome sin rastro de tu amor; un demonio me acecha, tomando mi vida. ​III. El Despertar y el Cuestionamiento. ​ Un pequeño fragmento de mi corazón ilumina, cuan sol moribundo. Me despierto desorientado sin saber mi propio nombre; mi único recuerdo es vuestra despedida a medida que os alejas en el horizonte. ​Mi corazón late tan duro como un martillo en forja; el aliento se me escapa contando los pocos segundos que me quedan. ​Veo hacia el cielo, sintiendo el viento como si fuesen tus manos que cálidamente rozan mi pálida piel. Abro mis labios esperando que sean los tuyos que me correspondan. ​¿Por qué os fuiste, tomando un camino al cual yo no puedo seguirte? O, ¿es que acaso yo tomé un rumbo el cual no podrías tomar? ​ IV. El Petrificado. ​Cae el día y mi ser se queda petrificado. Tengo miedo de dormir y no poder encontrarte; mi vida me abandona, mi alma yace muerta por mis heridas, cabizbaja y tonta. ​Oh, cuán día os vi por primera vez, tan llena de alegría y calidez. Poetry in motion.
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