La habitación estaba cubierta por un resplandor carmesí. La luz atravesaba las cortinas rotas, bañando los muros con la intensidad de una herida abierta. El aire olía a metal… a peligro… a tentación.
El sonido de un jadeo ahogado rompió el silencio.
Blade la sostenía con fuerza, una mano firmemente posada en su pecho, la otra sujetando su cintura. La respiración de ambos se entrecruzaba, pesada, densa, cargada de furia contenida y algo más oscuro.
La mujer, una criatura marcada por el símbolo del vacío en su frente, dejó escapar una risa quebrada.
— ¿Así que el cazador también muerde?
Susurró con una mezcla de burla y dolor. Blade no respondió de inmediato. Sus colmillos aún estaban al descubierto, las gotas carmesí cayendo lentamente de ellos, trazando una línea hasta su mentón. El brillo de sus lentes ocultaba sus ojos, pero su voz, grave y controlada, bastó para cortar la tensión.
— No confundas necesidad con deseo
Gruñó, apartándose lentamente, la sangre evaporándose al contacto con su piel.
— Si te sigo con vida, es porque aún necesito respuestas… no redención.
Ella sonrió débilmente, aún temblando.
— Me pregunto quién es más monstruo de los dos, cazador.
Blade limpió sus labios con el dorso de su mano, sin apartar la mirada.
— La diferencia es que yo lo admito.
— 𝐁𝐋𝐀𝐃𝐄
𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐲𝐰𝐚𝐥𝐤𝐞𝐫
刃影 · 인영
El sonido de un jadeo ahogado rompió el silencio.
Blade la sostenía con fuerza, una mano firmemente posada en su pecho, la otra sujetando su cintura. La respiración de ambos se entrecruzaba, pesada, densa, cargada de furia contenida y algo más oscuro.
La mujer, una criatura marcada por el símbolo del vacío en su frente, dejó escapar una risa quebrada.
— ¿Así que el cazador también muerde?
Susurró con una mezcla de burla y dolor. Blade no respondió de inmediato. Sus colmillos aún estaban al descubierto, las gotas carmesí cayendo lentamente de ellos, trazando una línea hasta su mentón. El brillo de sus lentes ocultaba sus ojos, pero su voz, grave y controlada, bastó para cortar la tensión.
— No confundas necesidad con deseo
Gruñó, apartándose lentamente, la sangre evaporándose al contacto con su piel.
— Si te sigo con vida, es porque aún necesito respuestas… no redención.
Ella sonrió débilmente, aún temblando.
— Me pregunto quién es más monstruo de los dos, cazador.
Blade limpió sus labios con el dorso de su mano, sin apartar la mirada.
— La diferencia es que yo lo admito.
— 𝐁𝐋𝐀𝐃𝐄
𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐲𝐰𝐚𝐥𝐤𝐞𝐫
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La habitación estaba cubierta por un resplandor carmesí. La luz atravesaba las cortinas rotas, bañando los muros con la intensidad de una herida abierta. El aire olía a metal… a peligro… a tentación.
El sonido de un jadeo ahogado rompió el silencio.
Blade la sostenía con fuerza, una mano firmemente posada en su pecho, la otra sujetando su cintura. La respiración de ambos se entrecruzaba, pesada, densa, cargada de furia contenida y algo más oscuro.
La mujer, una criatura marcada por el símbolo del vacío en su frente, dejó escapar una risa quebrada.
— ¿Así que el cazador también muerde?
Susurró con una mezcla de burla y dolor. Blade no respondió de inmediato. Sus colmillos aún estaban al descubierto, las gotas carmesí cayendo lentamente de ellos, trazando una línea hasta su mentón. El brillo de sus lentes ocultaba sus ojos, pero su voz, grave y controlada, bastó para cortar la tensión.
— No confundas necesidad con deseo
Gruñó, apartándose lentamente, la sangre evaporándose al contacto con su piel.
— Si te sigo con vida, es porque aún necesito respuestas… no redención.
Ella sonrió débilmente, aún temblando.
— Me pregunto quién es más monstruo de los dos, cazador.
Blade limpió sus labios con el dorso de su mano, sin apartar la mirada.
— La diferencia es que yo lo admito.
— 𝐁𝐋𝐀𝐃𝐄
𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐲𝐰𝐚𝐥𝐤𝐞𝐫
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