Al fin había comenzado el invierno, justo empezó a caer la primera nevada. Después de un rato de observar el blanco paisaje a través de su ventana, se animó a tomar su abrigo y salir a dar una vuelta por la ciudad. Despidiéndose de sus dos consentidos gatos, empezó su andanza por las calles, observando cada luz, cada ventana, cada hoja de árbol siendo cubierta por los pequeños copos de nieve, por un momento se olvidó de la gente a su alrededor, ignoró las miradas, solo eran él y el paisaje. El invierno era de sus estaciones favoritas, lo hacía sentir más cálido, más cerca de sí mismo y de los pocos buenos recuerdos que guardaba en el fondo de su mente.
Cruzando por las calles y girando en las esquinas sin un rumbo definido al principio, decidió que pasaría por alguna tienda para comprarle algo a sus gatos, algunos ingredientes para nuevas recetas, chocolate en cantidades considerables y una buena botella de vino. El día era maravilloso para él, se sentía a gusto, hoy se encontraba feliz. Se sorprendió a sí mismo al encontrarse pensando en que el día sería mejor si tuviera con quién pasarlo y compartir; hacía tiempo que no sentía ese extraño vacío dentro de él, tan antinatural, algo que por mucho tiempo ha intentado rechazar con fuerza.
Al fin había comenzado el invierno, justo empezó a caer la primera nevada. Después de un rato de observar el blanco paisaje a través de su ventana, se animó a tomar su abrigo y salir a dar una vuelta por la ciudad. Despidiéndose de sus dos consentidos gatos, empezó su andanza por las calles, observando cada luz, cada ventana, cada hoja de árbol siendo cubierta por los pequeños copos de nieve, por un momento se olvidó de la gente a su alrededor, ignoró las miradas, solo eran él y el paisaje. El invierno era de sus estaciones favoritas, lo hacía sentir más cálido, más cerca de sí mismo y de los pocos buenos recuerdos que guardaba en el fondo de su mente. Cruzando por las calles y girando en las esquinas sin un rumbo definido al principio, decidió que pasaría por alguna tienda para comprarle algo a sus gatos, algunos ingredientes para nuevas recetas, chocolate en cantidades considerables y una buena botella de vino. El día era maravilloso para él, se sentía a gusto, hoy se encontraba feliz. Se sorprendió a sí mismo al encontrarse pensando en que el día sería mejor si tuviera con quién pasarlo y compartir; hacía tiempo que no sentía ese extraño vacío dentro de él, tan antinatural, algo que por mucho tiempo ha intentado rechazar con fuerza.
Me gusta
Me encocora
3
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados