//Escena abierta a rol individual//.
La lluvia había cesaso.
Aquella tarde en el templo el sol brillaba, incluso la temperatura se estaba comportando de forma generosa, a pesar de que el otoño atravesaba su meridiano.
Se dispuso a seleccionar y separar las hierbas obtenidas en el mercado el día anterior, aprovechando que no habían habido visitas al templo, devido al mal tiempo y la humedad del camino.
Se sentó en la engawa (porche que rodea la casa) del minka (casa) donde vivía, justo al lado del jinja (santuario) principal del templo. La madera protestó un poco al peso del zorro.
Vestía de una forma cómoda, más desenfadado de lo habitual. Algo en contraste a como solía ir; perfecto en cada doblez de su vestimenta.
La lluvia había cesaso.
Aquella tarde en el templo el sol brillaba, incluso la temperatura se estaba comportando de forma generosa, a pesar de que el otoño atravesaba su meridiano.
Se dispuso a seleccionar y separar las hierbas obtenidas en el mercado el día anterior, aprovechando que no habían habido visitas al templo, devido al mal tiempo y la humedad del camino.
Se sentó en la engawa (porche que rodea la casa) del minka (casa) donde vivía, justo al lado del jinja (santuario) principal del templo. La madera protestó un poco al peso del zorro.
Vestía de una forma cómoda, más desenfadado de lo habitual. Algo en contraste a como solía ir; perfecto en cada doblez de su vestimenta.
//Escena abierta a rol individual//.
La lluvia había cesaso.
Aquella tarde en el templo el sol brillaba, incluso la temperatura se estaba comportando de forma generosa, a pesar de que el otoño atravesaba su meridiano.
Se dispuso a seleccionar y separar las hierbas obtenidas en el mercado el día anterior, aprovechando que no habían habido visitas al templo, devido al mal tiempo y la humedad del camino.
Se sentó en la engawa (porche que rodea la casa) del minka (casa) donde vivía, justo al lado del jinja (santuario) principal del templo. La madera protestó un poco al peso del zorro.
Vestía de una forma cómoda, más desenfadado de lo habitual. Algo en contraste a como solía ir; perfecto en cada doblez de su vestimenta.
