Como icaro volando muy cerca del sol, su dueño la encontró
sin cuidado alguno tomó el martillo de viejo roble para romper sus piernas, era demasiado su rabia de haberla extraviado que había dejado salir sus frustraciones con otras muñecas mas pequeñas, más delicadas.

Después de romper sus piernas, esperó a que ella comprendiera lo que sucedía, pero en cuanto la vio alzar sus manos para pedir clemencia, él le rompió los brazos, después el rostro para finalizar con la cabeza.

Destrozado el torso también, extrajo la orbe, la tendría castigada un tiempo, hasta que encontrara un cuerpo mas pequeño, tal vez una muñeca de tela y cabello de estambres, así siempre estará ella en su cama esperándolo.

Ese terrible hombre que era su victimario, tan sádico, jugando a ser Dios, ajeno a que sus acciones estaban por pasarle factura.
Como icaro volando muy cerca del sol, su dueño la encontró sin cuidado alguno tomó el martillo de viejo roble para romper sus piernas, era demasiado su rabia de haberla extraviado que había dejado salir sus frustraciones con otras muñecas mas pequeñas, más delicadas. Después de romper sus piernas, esperó a que ella comprendiera lo que sucedía, pero en cuanto la vio alzar sus manos para pedir clemencia, él le rompió los brazos, después el rostro para finalizar con la cabeza. Destrozado el torso también, extrajo la orbe, la tendría castigada un tiempo, hasta que encontrara un cuerpo mas pequeño, tal vez una muñeca de tela y cabello de estambres, así siempre estará ella en su cama esperándolo. Ese terrible hombre que era su victimario, tan sádico, jugando a ser Dios, ajeno a que sus acciones estaban por pasarle factura.
Me entristece
Me gusta
4
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados