El día había empezado tranquilo… lo cual, en Blüdhaven, era básicamente una señal del universo para que algo explotara en menos de diez minutos.
Nightwing aterrizó en la cornisa de un edificio con una acrobacia que probablemente nadie vio, pero igual sonrió como si acabara de recibir una ovación.

—Bien, eso merece al menos un nueve punto cinco —dijo para sí, ajustándose los bastones en la espalda—. Sí, el jurado ruso siempre es complicado.

El viento le revolvió el cabello mientras observaba las calles desde arriba. Ni sirenas, ni gritos, ni explosiones… solo el ruido de la ciudad y un par de palomas que parecían discutir su presencia.

— Ojalá más días como estos... —añadió, mirando al vacío con media sonrisa, como si hablara con alguien que no estaba allí.

Y así se quedó un momento, balanceando una pierna sobre el borde, listo para saltar a la primera excusa que el destino le diera para moverse.
El día había empezado tranquilo… lo cual, en Blüdhaven, era básicamente una señal del universo para que algo explotara en menos de diez minutos. Nightwing aterrizó en la cornisa de un edificio con una acrobacia que probablemente nadie vio, pero igual sonrió como si acabara de recibir una ovación. —Bien, eso merece al menos un nueve punto cinco —dijo para sí, ajustándose los bastones en la espalda—. Sí, el jurado ruso siempre es complicado. El viento le revolvió el cabello mientras observaba las calles desde arriba. Ni sirenas, ni gritos, ni explosiones… solo el ruido de la ciudad y un par de palomas que parecían discutir su presencia. — Ojalá más días como estos... —añadió, mirando al vacío con media sonrisa, como si hablara con alguien que no estaba allí. Y así se quedó un momento, balanceando una pierna sobre el borde, listo para saltar a la primera excusa que el destino le diera para moverse.
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