Inicio del Caos
Aquel día era frío, más de lo usual, y a pesar que el cielo no se dignara a dar su sentencia de diluvio, más de uno estaba preparado en caso de que el agua cayera desde las alturas.
En una parada de autobuses, se encontraba una pobre víctima del frío, una joven hermosa y bien vestida que usaba un vestido de verano en pleno otoño. Era notable como temblaba sobre el metal del asiento de la parada, y eso no era un misterio para alguien que estuviera cerca de ella.
Un joven hombre trató de ser su salvador, cautivado por su belleza, ofreciéndole su abrigo y compañía hasta que llegara el pertinente autobús. Ella aceptó, su rostro siendo un poema de fragilidad y preocupación en la forma como lo miraba.
Estuvieron mucho tiempo en la parada, pasando las horas, autobús tras autobús, pero en ningún momento parecía llegar el indicado para ella. Estos hacía al hombre desesperar mientras más tiempo pasaba con ella, pues el primer autobús que había pasado pudo ser perfecto para él regresar a casa, y aún así, él se empeñaba en ser un caballero y no "cuidarla a medias".
— Este tampoco es.— dijo suavemente la joven, aferrada al cuerpo del hombre.
El hombre temblaba, estresado y harto, sintiendo las uñas de la joven mujer clavarse en su torso.
La joven solo se mantuvo serena, completamente firme ysegura como si no fuese ridículo que no hubiera llegado el autobús que necesitaba.
La mujer estuvo a punto de hablar, notando que venía otro autobús a toda velocidad, sin embargo, el hombre rápidamente se levantó y la arrojó hacia adelante, dejándola herida al caer, resultando en ser incapaz de levantarse a tiempo y, por ende, terminar su cabeza siendo aplastada por el autobús.
El hombre solo se subió al vehículo, y su cuerpo quedó ahí.
Sin embargo, a pesar de la muerte inminente, su cuerpo no había acabado inerte y sin vida. El cuerpo se levantó lentamente, falto de cabeza mientras una nueva se asomaba a emerger desde el cuello expuesto. Los sesos y la sangre esparcida se retorcían, y la boca que salía de primera en la nueva cabeza comenzaba a reír.
En una parada de autobuses, se encontraba una pobre víctima del frío, una joven hermosa y bien vestida que usaba un vestido de verano en pleno otoño. Era notable como temblaba sobre el metal del asiento de la parada, y eso no era un misterio para alguien que estuviera cerca de ella.
Un joven hombre trató de ser su salvador, cautivado por su belleza, ofreciéndole su abrigo y compañía hasta que llegara el pertinente autobús. Ella aceptó, su rostro siendo un poema de fragilidad y preocupación en la forma como lo miraba.
Estuvieron mucho tiempo en la parada, pasando las horas, autobús tras autobús, pero en ningún momento parecía llegar el indicado para ella. Estos hacía al hombre desesperar mientras más tiempo pasaba con ella, pues el primer autobús que había pasado pudo ser perfecto para él regresar a casa, y aún así, él se empeñaba en ser un caballero y no "cuidarla a medias".
— Este tampoco es.— dijo suavemente la joven, aferrada al cuerpo del hombre.
El hombre temblaba, estresado y harto, sintiendo las uñas de la joven mujer clavarse en su torso.
La joven solo se mantuvo serena, completamente firme ysegura como si no fuese ridículo que no hubiera llegado el autobús que necesitaba.
La mujer estuvo a punto de hablar, notando que venía otro autobús a toda velocidad, sin embargo, el hombre rápidamente se levantó y la arrojó hacia adelante, dejándola herida al caer, resultando en ser incapaz de levantarse a tiempo y, por ende, terminar su cabeza siendo aplastada por el autobús.
El hombre solo se subió al vehículo, y su cuerpo quedó ahí.
Sin embargo, a pesar de la muerte inminente, su cuerpo no había acabado inerte y sin vida. El cuerpo se levantó lentamente, falto de cabeza mientras una nueva se asomaba a emerger desde el cuello expuesto. Los sesos y la sangre esparcida se retorcían, y la boca que salía de primera en la nueva cabeza comenzaba a reír.
Aquel día era frío, más de lo usual, y a pesar que el cielo no se dignara a dar su sentencia de diluvio, más de uno estaba preparado en caso de que el agua cayera desde las alturas.
En una parada de autobuses, se encontraba una pobre víctima del frío, una joven hermosa y bien vestida que usaba un vestido de verano en pleno otoño. Era notable como temblaba sobre el metal del asiento de la parada, y eso no era un misterio para alguien que estuviera cerca de ella.
Un joven hombre trató de ser su salvador, cautivado por su belleza, ofreciéndole su abrigo y compañía hasta que llegara el pertinente autobús. Ella aceptó, su rostro siendo un poema de fragilidad y preocupación en la forma como lo miraba.
Estuvieron mucho tiempo en la parada, pasando las horas, autobús tras autobús, pero en ningún momento parecía llegar el indicado para ella. Estos hacía al hombre desesperar mientras más tiempo pasaba con ella, pues el primer autobús que había pasado pudo ser perfecto para él regresar a casa, y aún así, él se empeñaba en ser un caballero y no "cuidarla a medias".
— Este tampoco es.— dijo suavemente la joven, aferrada al cuerpo del hombre.
El hombre temblaba, estresado y harto, sintiendo las uñas de la joven mujer clavarse en su torso.
La joven solo se mantuvo serena, completamente firme ysegura como si no fuese ridículo que no hubiera llegado el autobús que necesitaba.
La mujer estuvo a punto de hablar, notando que venía otro autobús a toda velocidad, sin embargo, el hombre rápidamente se levantó y la arrojó hacia adelante, dejándola herida al caer, resultando en ser incapaz de levantarse a tiempo y, por ende, terminar su cabeza siendo aplastada por el autobús.
El hombre solo se subió al vehículo, y su cuerpo quedó ahí.
Sin embargo, a pesar de la muerte inminente, su cuerpo no había acabado inerte y sin vida. El cuerpo se levantó lentamente, falto de cabeza mientras una nueva se asomaba a emerger desde el cuello expuesto. Los sesos y la sangre esparcida se retorcían, y la boca que salía de primera en la nueva cabeza comenzaba a reír.
Tipo
Grupal
Líneas
15
Estado
Disponible
