>> Había veces que le gustaría no recordar, era cierto, a veces insoportable.
Cada sueño lo atravesaba como una realidad paralela, llena de recuerdos y de imágenes de las que le era imposible escapar. Esa silueta divina, angelical, adornaba su presencia en cada pasaje al mundo de la no existencia, su mundo, el lugar del que provenía. <<
— Esa maña al despertar, sus ojos habían empapado la almohada al punto de sacarlo de su trance profundo al sentir el frío contra su rostro.
Acostumbrado a tan desafortunados hechos, y siendo que a penas eran las cuatro de la madrugada, decidió salir afuera y sentarse en algún lugar junto al lago del parque.
Había algo en las noches de luna llena, algo diferente que nunca pudo explicar, como si por algún motivo, ese brillo intenso lo hiciera translúcido y dejara ver en la profundidad de su alma quien realmente era. —
Cada sueño lo atravesaba como una realidad paralela, llena de recuerdos y de imágenes de las que le era imposible escapar. Esa silueta divina, angelical, adornaba su presencia en cada pasaje al mundo de la no existencia, su mundo, el lugar del que provenía. <<
— Esa maña al despertar, sus ojos habían empapado la almohada al punto de sacarlo de su trance profundo al sentir el frío contra su rostro.
Acostumbrado a tan desafortunados hechos, y siendo que a penas eran las cuatro de la madrugada, decidió salir afuera y sentarse en algún lugar junto al lago del parque.
Había algo en las noches de luna llena, algo diferente que nunca pudo explicar, como si por algún motivo, ese brillo intenso lo hiciera translúcido y dejara ver en la profundidad de su alma quien realmente era. —
>> Había veces que le gustaría no recordar, era cierto, a veces insoportable.
Cada sueño lo atravesaba como una realidad paralela, llena de recuerdos y de imágenes de las que le era imposible escapar. Esa silueta divina, angelical, adornaba su presencia en cada pasaje al mundo de la no existencia, su mundo, el lugar del que provenía. <<
— Esa maña al despertar, sus ojos habían empapado la almohada al punto de sacarlo de su trance profundo al sentir el frío contra su rostro.
Acostumbrado a tan desafortunados hechos, y siendo que a penas eran las cuatro de la madrugada, decidió salir afuera y sentarse en algún lugar junto al lago del parque.
Había algo en las noches de luna llena, algo diferente que nunca pudo explicar, como si por algún motivo, ese brillo intenso lo hiciera translúcido y dejara ver en la profundidad de su alma quien realmente era. —

