Aquella mañana había salido temprano del bunker. El insomnio había ganado la batalla aquella noche, así que había llegado con desayuno para todos y litros y litros de café.

También había comprado el periódico, ya que Sam se levantaba con la tablet pegada a la mano.
Aquella mañana había salido temprano del bunker. El insomnio había ganado la batalla aquella noche, así que había llegado con desayuno para todos y litros y litros de café. También había comprado el periódico, ya que Sam se levantaba con la tablet pegada a la mano.
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