Ella se pensaba que él no era capaz de atreverse a hacerlo, él que no tenía ni pizca de vergüenza lo hizo. — Una vez más.— Siempre decía que el maquillaje no servía para nada, que ella al natural era una octava maravilla. Y le dio otra lección. El amor es ciego, pero el colorete deja huella.Habia aprendido a usar esas brochas, esos coloretes, ese pintalabios...

— Ahora la diva soy yo.

Ella se pensaba que él no era capaz de atreverse a hacerlo, él que no tenía ni pizca de vergüenza lo hizo. — Una vez más.— Siempre decía que el maquillaje no servía para nada, que ella al natural era una octava maravilla. Y le dio otra lección. El amor es ciego, pero el colorete deja huella.Habia aprendido a usar esas brochas, esos coloretes, ese pintalabios... — Ahora la diva soy yo.
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