One Shot (recuerdos)
"Endovier la noche en que no lloró"

El silbido del látigo cortó el aire antes de que el dolor la alcanzara, pero Aelin no gritó...

El golpe ardió como hierro candente al abrirse paso por su espalda desnuda, pero sus labios siguieron sellados, los dientes apretados con tal fuerza que un hilo de sangre resbaló por la comisura... No iba a darles el placer de escucharla romperse.

"-Una más -"gruñó el carcelero, resoplando como si él fuera quien cargara con el peso del castigo.

No era la primera vez que la azotaban y no sería la última...
La nieve del invierno se había derretido en Endovier hacía semanas, pero el frío nunca abandonaba las minas. Se colaba en los huesos como un parásito, más implacable que cualquier guardia. Aelin sintió sus rodillas temblar cuando el siguiente golpe cayó, pero clavó los talones en el suelo de tierra húmeda, obligando a su cuerpo a sostenerse.

Si caía, la volverían a levantar, si suplicaba solo la humillarían y si lloraba… olvidaría que ella era alguien....

"-Sigue en pie, la perra -"murmuró uno de los soldados, casi con incredulidad.

El carcelero se movió frente a ella, buscando sus ojos... Ella alzó el rostro de forma lenta... con calma. Como una reina que concede audiencia a un bufón.

-¿Esperas que ruegue? -preguntó con voz ronca por la sangre, pero firme...El hombre frunció el ceño y ella sonrió... Una sonrisa pequeña, peligrosa, afilada como una daga-Tendrán que matarme para eso.

Hubo un silencio tenso, luego, otro golpe...Más fuerte, más salvaje y esta vez cayó de rodillas.

Las cadenas tintinearon cuando sus manos, atrapadas en los grilletes chocaron contra el suelo, La espalda ardía, desgarrada. Las fuerzas la abandonaban… y aun asi, ningun sonido emitio, su orgullo no la abandonaba.

"-Basta! -"ordenó el superior, hastiado "-si sigue en pie mañana, la mandamos de vuelta al túnel"

El carcelero escupió a un lado, frustrado por no haber quebrado, soltaron las cadenas que la sujetaban al poste y su cuerpo se desplomó contra la tierra fría.

Se suponía que debía llorar, se suponía que debía pedir ayuda... Pero en lugar de eso, rió... Una risa baja, apenas un susurro entre los dientes manchados de sangre...

Un sobresalto la sacó de aquella pesadilla... las pesadillas siempre eran recuerdos, cerro los ojos y murmuro aquella frase que había aprendido hace muchos años -Soy Aelin y no tendré miedo...

Salió de las sabanas que se pegaban a su cuerpo por el sudor y se encamino a la ventana abriendola para que el aire fresco se llevara aquellas imagenes... aun tenia las cicatrices de esos años sobre su cuerpo, marcaban su espalda, y brazos sobre todo.

Su magia podría eliminarlas, pero ella había decidido conservarlas, cada una de ellas la había hecho quién era... la habian llevado hasta donde estaba y se enorgullecia de cada fina línea plateada que adornaba su cuerpo.



One Shot (recuerdos) "Endovier la noche en que no lloró" El silbido del látigo cortó el aire antes de que el dolor la alcanzara, pero Aelin no gritó... El golpe ardió como hierro candente al abrirse paso por su espalda desnuda, pero sus labios siguieron sellados, los dientes apretados con tal fuerza que un hilo de sangre resbaló por la comisura... No iba a darles el placer de escucharla romperse. "-Una más -"gruñó el carcelero, resoplando como si él fuera quien cargara con el peso del castigo. No era la primera vez que la azotaban y no sería la última... La nieve del invierno se había derretido en Endovier hacía semanas, pero el frío nunca abandonaba las minas. Se colaba en los huesos como un parásito, más implacable que cualquier guardia. Aelin sintió sus rodillas temblar cuando el siguiente golpe cayó, pero clavó los talones en el suelo de tierra húmeda, obligando a su cuerpo a sostenerse. Si caía, la volverían a levantar, si suplicaba solo la humillarían y si lloraba… olvidaría que ella era alguien.... "-Sigue en pie, la perra -"murmuró uno de los soldados, casi con incredulidad. El carcelero se movió frente a ella, buscando sus ojos... Ella alzó el rostro de forma lenta... con calma. Como una reina que concede audiencia a un bufón. -¿Esperas que ruegue? -preguntó con voz ronca por la sangre, pero firme...El hombre frunció el ceño y ella sonrió... Una sonrisa pequeña, peligrosa, afilada como una daga-Tendrán que matarme para eso. Hubo un silencio tenso, luego, otro golpe...Más fuerte, más salvaje y esta vez cayó de rodillas. Las cadenas tintinearon cuando sus manos, atrapadas en los grilletes chocaron contra el suelo, La espalda ardía, desgarrada. Las fuerzas la abandonaban… y aun asi, ningun sonido emitio, su orgullo no la abandonaba. "-Basta! -"ordenó el superior, hastiado "-si sigue en pie mañana, la mandamos de vuelta al túnel" El carcelero escupió a un lado, frustrado por no haber quebrado, soltaron las cadenas que la sujetaban al poste y su cuerpo se desplomó contra la tierra fría. Se suponía que debía llorar, se suponía que debía pedir ayuda... Pero en lugar de eso, rió... Una risa baja, apenas un susurro entre los dientes manchados de sangre... Un sobresalto la sacó de aquella pesadilla... las pesadillas siempre eran recuerdos, cerro los ojos y murmuro aquella frase que había aprendido hace muchos años -Soy Aelin y no tendré miedo... Salió de las sabanas que se pegaban a su cuerpo por el sudor y se encamino a la ventana abriendola para que el aire fresco se llevara aquellas imagenes... aun tenia las cicatrices de esos años sobre su cuerpo, marcaban su espalda, y brazos sobre todo. Su magia podría eliminarlas, pero ella había decidido conservarlas, cada una de ellas la había hecho quién era... la habian llevado hasta donde estaba y se enorgullecia de cada fina línea plateada que adornaba su cuerpo.
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