El silencio del campo era absoluto, roto solo por el susurro del viento que peinaba la hierba. El hombre permanecía allí, inmóvil, con la pipa entre los labios y la mirada perdida entre las constelaciones. El humo se elevaba en espirales perezosas, deshaciéndose como los pensamientos que intentaba comprender.
La noche tenía algo de cruel… tan hermosa y vasta, que hacía sentir pequeño a cualquiera. Cada estrella, un recuerdo; cada sombra, una duda que nunca se disipó. Había luchado, amado, perdido… pero lo que pesaba más no era lo que había dejado atrás, sino lo que aún no encontraba.
"Qué curioso, siempre creí que la calma llegaría con el tiempo. Pero parece que solo cambia la forma en que uno carga el peso."
El humo volvió a escapar de sus labios, flotando hasta perderse en el cielo infinito. Por un instante, se permitió pensar que tal vez… en alguna de esas luces lejanas, alguien también estaba mirando hacia él.
La noche tenía algo de cruel… tan hermosa y vasta, que hacía sentir pequeño a cualquiera. Cada estrella, un recuerdo; cada sombra, una duda que nunca se disipó. Había luchado, amado, perdido… pero lo que pesaba más no era lo que había dejado atrás, sino lo que aún no encontraba.
"Qué curioso, siempre creí que la calma llegaría con el tiempo. Pero parece que solo cambia la forma en que uno carga el peso."
El humo volvió a escapar de sus labios, flotando hasta perderse en el cielo infinito. Por un instante, se permitió pensar que tal vez… en alguna de esas luces lejanas, alguien también estaba mirando hacia él.
El silencio del campo era absoluto, roto solo por el susurro del viento que peinaba la hierba. El hombre permanecía allí, inmóvil, con la pipa entre los labios y la mirada perdida entre las constelaciones. El humo se elevaba en espirales perezosas, deshaciéndose como los pensamientos que intentaba comprender.
La noche tenía algo de cruel… tan hermosa y vasta, que hacía sentir pequeño a cualquiera. Cada estrella, un recuerdo; cada sombra, una duda que nunca se disipó. Había luchado, amado, perdido… pero lo que pesaba más no era lo que había dejado atrás, sino lo que aún no encontraba.
"Qué curioso, siempre creí que la calma llegaría con el tiempo. Pero parece que solo cambia la forma en que uno carga el peso."
El humo volvió a escapar de sus labios, flotando hasta perderse en el cielo infinito. Por un instante, se permitió pensar que tal vez… en alguna de esas luces lejanas, alguien también estaba mirando hacia él.

