— Entonces si mi familia no pagó la fianza... ¿Cómo diablos es que estoy ahora contactándote en busca de respuestas? — Era normal estar serio ante una situación así, incluso preocupado. Ya que los crímenes de chantajes, tráfico de armas y drogas, apropiación inapropiada de derechos patrimoniales, entre otro sinfín de cosas, sin obviar el asesinato. Sumado a las pruebas en contra, evidencia pura y dura, no era normal estar libre en menos de un año. Él ni siquiera lo esperaba, había asimilado que “estaba jodido”. Y obvió, esa sensación de que la situación en sí no era para nada normal, es más que probablemente había algún motivo oculto. Típica paranoia de un delincuente, en este caso un mafioso que el mayor tiempo de su vida se la paso jugando sucio.
Sin obviar que se comunicaba por teléfono publico con algún contacto de confianza. Independiente de que la gente caminara en las inmediaciones, mantenía la conversación en el interior de la cabina. — Lo sé, me comportaré… No estoy del todo seguro si deba volver a las actividades, tendré que pensar en lo que debo hacer, tal vez incluso irme del país. En fin, nos mantendremos en contacto, infórmame de cualquier novedad, sabes como contactarme. — De esa forma finalizaría la llamada, dejando el teléfono público y abandonando la cabina telefónica.
El italiano suspiro luego de cerrar sus parpados, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón. — Uhm, supongo que la cárcel me enseño a estar más tranquilo. ¿No?
Sin obviar que se comunicaba por teléfono publico con algún contacto de confianza. Independiente de que la gente caminara en las inmediaciones, mantenía la conversación en el interior de la cabina. — Lo sé, me comportaré… No estoy del todo seguro si deba volver a las actividades, tendré que pensar en lo que debo hacer, tal vez incluso irme del país. En fin, nos mantendremos en contacto, infórmame de cualquier novedad, sabes como contactarme. — De esa forma finalizaría la llamada, dejando el teléfono público y abandonando la cabina telefónica.
El italiano suspiro luego de cerrar sus parpados, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón. — Uhm, supongo que la cárcel me enseño a estar más tranquilo. ¿No?
— Entonces si mi familia no pagó la fianza... ¿Cómo diablos es que estoy ahora contactándote en busca de respuestas? — Era normal estar serio ante una situación así, incluso preocupado. Ya que los crímenes de chantajes, tráfico de armas y drogas, apropiación inapropiada de derechos patrimoniales, entre otro sinfín de cosas, sin obviar el asesinato. Sumado a las pruebas en contra, evidencia pura y dura, no era normal estar libre en menos de un año. Él ni siquiera lo esperaba, había asimilado que “estaba jodido”. Y obvió, esa sensación de que la situación en sí no era para nada normal, es más que probablemente había algún motivo oculto. Típica paranoia de un delincuente, en este caso un mafioso que el mayor tiempo de su vida se la paso jugando sucio.
Sin obviar que se comunicaba por teléfono publico con algún contacto de confianza. Independiente de que la gente caminara en las inmediaciones, mantenía la conversación en el interior de la cabina. — Lo sé, me comportaré… No estoy del todo seguro si deba volver a las actividades, tendré que pensar en lo que debo hacer, tal vez incluso irme del país. En fin, nos mantendremos en contacto, infórmame de cualquier novedad, sabes como contactarme. — De esa forma finalizaría la llamada, dejando el teléfono público y abandonando la cabina telefónica.
El italiano suspiro luego de cerrar sus parpados, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón. — Uhm, supongo que la cárcel me enseño a estar más tranquilo. ¿No?

