𝗔 𝘀𝗼𝗺𝗲𝘄𝗵𝗮𝘁 𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁 𝗿𝗲𝘂𝗻𝗶𝗼𝗻...
@Tokito Muichiro
El dulce aroma a duraznos maduros flotaba en el aire, mezclándose con la brisa templada que recorría la colina. Mitsuri respiró hondo, dejando que el cansancio de la batalla se disipara poco a poco. La villa que minutos atrás había estado envuelta en caos, ahora se llenaba de risas y suspiros de alivio. Los demonios habían sido eliminados.
—¡Pilar Kanroji! —exclamó una mujer mayor, con lágrimas de agradecimiento—. No sabemos cómo agradecerle…
Mitsuri, aún con algunas manchas de sangre en el haori, sonrió con dulzura y negó con la cabeza.
—No hace falta que me den las gracias, de verdad… protegerlos es mi deber.
Pero los aldeanos insistieron. La guiaron hacia un pequeño campo a las afueras del pueblo, donde los árboles cargados de duraznos se mecían suavemente. Bajo el sol de la madrugada, los frutos brillaban como pequeñas esferas rosadas.
—Estos son los más dulces que tenemos —dijo un joven campesino, extendiéndole un canasto repleto—. Por favor, acéptelos como muestra de nuestra gratitud.
Mitsuri parpadeó, conmovida por el gesto.
—¡Qué lindos! Se ven deliciosos —respondió, llevándose uno a los labios con una risa ligera—. Mmm… ¡están realmente dulces!
Se sentó sobre la hierba, dejando que el viento jugara con sus mechones rosados y verdes. Por primera vez en días, podía relajarse un poco. Mientras observaba el cielo azul entre las ramas, escuchó unos pasos acercándose con calma. La curiosidad fue la principal razón de que ella volteara su rostro, frente a ella se encontraba Tokito Muichiro.
— ¡Tokito! No esperaba verte, ¿vienes por estos sitios por la reunión de pilares no?
Mitsuri no encontraba otra razón para aquel reencuentro, dada la fecha no veía posible la presencia de alguno de sus compañeros.
El dulce aroma a duraznos maduros flotaba en el aire, mezclándose con la brisa templada que recorría la colina. Mitsuri respiró hondo, dejando que el cansancio de la batalla se disipara poco a poco. La villa que minutos atrás había estado envuelta en caos, ahora se llenaba de risas y suspiros de alivio. Los demonios habían sido eliminados.
—¡Pilar Kanroji! —exclamó una mujer mayor, con lágrimas de agradecimiento—. No sabemos cómo agradecerle…
Mitsuri, aún con algunas manchas de sangre en el haori, sonrió con dulzura y negó con la cabeza.
—No hace falta que me den las gracias, de verdad… protegerlos es mi deber.
Pero los aldeanos insistieron. La guiaron hacia un pequeño campo a las afueras del pueblo, donde los árboles cargados de duraznos se mecían suavemente. Bajo el sol de la madrugada, los frutos brillaban como pequeñas esferas rosadas.
—Estos son los más dulces que tenemos —dijo un joven campesino, extendiéndole un canasto repleto—. Por favor, acéptelos como muestra de nuestra gratitud.
Mitsuri parpadeó, conmovida por el gesto.
—¡Qué lindos! Se ven deliciosos —respondió, llevándose uno a los labios con una risa ligera—. Mmm… ¡están realmente dulces!
Se sentó sobre la hierba, dejando que el viento jugara con sus mechones rosados y verdes. Por primera vez en días, podía relajarse un poco. Mientras observaba el cielo azul entre las ramas, escuchó unos pasos acercándose con calma. La curiosidad fue la principal razón de que ella volteara su rostro, frente a ella se encontraba Tokito Muichiro.
— ¡Tokito! No esperaba verte, ¿vienes por estos sitios por la reunión de pilares no?
Mitsuri no encontraba otra razón para aquel reencuentro, dada la fecha no veía posible la presencia de alguno de sus compañeros.
@[PilarNiebla02]
El dulce aroma a duraznos maduros flotaba en el aire, mezclándose con la brisa templada que recorría la colina. Mitsuri respiró hondo, dejando que el cansancio de la batalla se disipara poco a poco. La villa que minutos atrás había estado envuelta en caos, ahora se llenaba de risas y suspiros de alivio. Los demonios habían sido eliminados.
—¡Pilar Kanroji! —exclamó una mujer mayor, con lágrimas de agradecimiento—. No sabemos cómo agradecerle…
Mitsuri, aún con algunas manchas de sangre en el haori, sonrió con dulzura y negó con la cabeza.
—No hace falta que me den las gracias, de verdad… protegerlos es mi deber.
Pero los aldeanos insistieron. La guiaron hacia un pequeño campo a las afueras del pueblo, donde los árboles cargados de duraznos se mecían suavemente. Bajo el sol de la madrugada, los frutos brillaban como pequeñas esferas rosadas.
—Estos son los más dulces que tenemos —dijo un joven campesino, extendiéndole un canasto repleto—. Por favor, acéptelos como muestra de nuestra gratitud.
Mitsuri parpadeó, conmovida por el gesto.
—¡Qué lindos! Se ven deliciosos —respondió, llevándose uno a los labios con una risa ligera—. Mmm… ¡están realmente dulces!
Se sentó sobre la hierba, dejando que el viento jugara con sus mechones rosados y verdes. Por primera vez en días, podía relajarse un poco. Mientras observaba el cielo azul entre las ramas, escuchó unos pasos acercándose con calma. La curiosidad fue la principal razón de que ella volteara su rostro, frente a ella se encontraba Tokito Muichiro.
— ¡Tokito! No esperaba verte, ¿vienes por estos sitios por la reunión de pilares no?
Mitsuri no encontraba otra razón para aquel reencuentro, dada la fecha no veía posible la presencia de alguno de sus compañeros.
Tipo
Grupal
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible

