-El hombre Veyrith, había encontrado un parque con arboles de flores de cerezo, le había encantado aquel tipo de planta por lo que se quedaba admirandolos, en el cielo no había esas flores, eran mágicos y cada que una flor caía desaparecía, en cuanto a el le cayó una en la mano sonrió para hacerla flotar con su poder-

Que bueno es este mundo para dejar estas plantas intactas

-Murmuraba para si mismo, la flor flotó hasta la rama de donde había caído y se volvió a unir a la misma, él era capaz de restaurar la vida, y también de quitarla, pero nunca usaba ese poder para esos fines, aun si la mitad de su sangre era demoniaca-
-El hombre Veyrith, había encontrado un parque con arboles de flores de cerezo, le había encantado aquel tipo de planta por lo que se quedaba admirandolos, en el cielo no había esas flores, eran mágicos y cada que una flor caía desaparecía, en cuanto a el le cayó una en la mano sonrió para hacerla flotar con su poder- Que bueno es este mundo para dejar estas plantas intactas -Murmuraba para si mismo, la flor flotó hasta la rama de donde había caído y se volvió a unir a la misma, él era capaz de restaurar la vida, y también de quitarla, pero nunca usaba ese poder para esos fines, aun si la mitad de su sangre era demoniaca-
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