Había veces que sentia que yo no tenía mi otro lado del hilo rojo. Sentía que estaba sola en este mundo, me sumo en una oscuridad donde no encontraba la luz.
De pronto, una caricia en la oscuridad tocó mi mejilla, fue cálida y protectora. Nunca me había sentido tan viva al ver por primera vez tus ojos.
Al tocar tu mano sentí el sol en esta oscuridad, gracias ti me pide sentir viva y amada.
Sigo preguntándome ¿Que es lo bueno que hice en la vida para encontrar a la persona más maravillosa de todo el Olimpo?
Me siento la mujer más agradecida por todo lo lindo y maravilloso que me has dado.

Gracias por ser mi luz amor mío. Gracias por tomar mi mano y ser mi esposo, gracia señor ser el papá de neustros hijos.
Gracias por ser mi hilo rojo.