El sol caía lento sobre los campos, tiñendo todo de naranja. El sudor le escurría por la espalda, marcando cada fibra tensada después de horas de entrenamiento. Había estado repitiendo los mismos movimientos una y otra vez, hasta que la respiración se volvió vapor y la espada pesaba el doble.
Finalmente clavó la punta en el suelo, apoyándose un instante para recuperar el aire.
— ¿Nunca viste a alguien entrenar en serio?
Sus ojos verdes brillaban con el reflejo del atardecer. Levantó la espada de nuevo, girando la muñeca probandop su equilibrio.
— Si tienes tiempo para mirar, podrías al menos traer agua…
Finalmente clavó la punta en el suelo, apoyándose un instante para recuperar el aire.
— ¿Nunca viste a alguien entrenar en serio?
Sus ojos verdes brillaban con el reflejo del atardecer. Levantó la espada de nuevo, girando la muñeca probandop su equilibrio.
— Si tienes tiempo para mirar, podrías al menos traer agua…
El sol caía lento sobre los campos, tiñendo todo de naranja. El sudor le escurría por la espalda, marcando cada fibra tensada después de horas de entrenamiento. Había estado repitiendo los mismos movimientos una y otra vez, hasta que la respiración se volvió vapor y la espada pesaba el doble.
Finalmente clavó la punta en el suelo, apoyándose un instante para recuperar el aire.
— ¿Nunca viste a alguien entrenar en serio?
Sus ojos verdes brillaban con el reflejo del atardecer. Levantó la espada de nuevo, girando la muñeca probandop su equilibrio.
— Si tienes tiempo para mirar, podrías al menos traer agua…
