—Ser el cordero sacrificado para saciar la boca del lobo no es una tarea fácil, y tampoco la es buscar un alma dispuesta o simplemente obligada a llenar tu estómago.
—Ser el cordero sacrificado para saciar la boca del lobo no es una tarea fácil, y tampoco la es buscar un alma dispuesta o simplemente obligada a llenar tu estómago.
