Habían pasado algunos días desde la última vez que había hablado con él, incluso se quedó visitando el kiosko y podando las rosas de vez en vez por distraerse más que por ser necesario, pero no había vuelto a tener seña alguna.

—Tal vez... debería volver a casa.

Comenzaba a sentirse como un intruso, bien decían que los invitados y los muertos apestan al poco tiempo.

Terminando de podar, dejó las tijeras a un costado y salió por aquella puerta, cerrándola y mirando el emblema de manzana, acariciando apenas la madera y suspirando.
Miró alrededor el palacio, buscando la salida pues no había explorado demasiado, además que tendría que dejar el cielo de nuevo y volver al infierno.

Extendiendo las alas, salió por la primer puerta que encontró, viendo el inmenso paraje y saltando al vacío.
Habían pasado algunos días desde la última vez que había hablado con él, incluso se quedó visitando el kiosko y podando las rosas de vez en vez por distraerse más que por ser necesario, pero no había vuelto a tener seña alguna. —Tal vez... debería volver a casa. Comenzaba a sentirse como un intruso, bien decían que los invitados y los muertos apestan al poco tiempo. Terminando de podar, dejó las tijeras a un costado y salió por aquella puerta, cerrándola y mirando el emblema de manzana, acariciando apenas la madera y suspirando. Miró alrededor el palacio, buscando la salida pues no había explorado demasiado, además que tendría que dejar el cielo de nuevo y volver al infierno. Extendiendo las alas, salió por la primer puerta que encontró, viendo el inmenso paraje y saltando al vacío.
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