Había visto a muchas personas hacerlo: mascar chicle. Creía que era por una razón nutritiva, o que cumplía una función más profunda que aún no comprendía.
Decidió probar. En la primera tienda que encontró, compró uno de esos, eligiendo al azar. Salió de ahí observando el envoltorio como si este fuera a revelar en voz alta la función del chicle. Al final, lo abrió con una precisión y cuidado increíbles, como si estuviera desarmando una bomba.
Examinó la goma antes de llevarla a su boca. El primer instinto fue tragar, pero se detuvo al instante. No debía hacerlo; debía masticar. Al principio fue lento, procesando sabor y textura. Entonces recordó que los humanos hacían globos con eso. Lo intentó.
Por unos segundos lo logró, hasta que explotó contra su cara. No se movió ni un centímetro. De hecho, permaneció inmóvil, sin siquiera parpadear, como si hubiera quedado en pausa. Solo después levantó la mano y retiró el chicle con calma, volviendo a mirarlo fijamente.
—No hay una función nutritiva. Tampoco activa sentidos. Solo un sabor ligeramente dulce y mentolado… ¿por qué lo consumen?
Decidió probar. En la primera tienda que encontró, compró uno de esos, eligiendo al azar. Salió de ahí observando el envoltorio como si este fuera a revelar en voz alta la función del chicle. Al final, lo abrió con una precisión y cuidado increíbles, como si estuviera desarmando una bomba.
Examinó la goma antes de llevarla a su boca. El primer instinto fue tragar, pero se detuvo al instante. No debía hacerlo; debía masticar. Al principio fue lento, procesando sabor y textura. Entonces recordó que los humanos hacían globos con eso. Lo intentó.
Por unos segundos lo logró, hasta que explotó contra su cara. No se movió ni un centímetro. De hecho, permaneció inmóvil, sin siquiera parpadear, como si hubiera quedado en pausa. Solo después levantó la mano y retiró el chicle con calma, volviendo a mirarlo fijamente.
—No hay una función nutritiva. Tampoco activa sentidos. Solo un sabor ligeramente dulce y mentolado… ¿por qué lo consumen?
Había visto a muchas personas hacerlo: mascar chicle. Creía que era por una razón nutritiva, o que cumplía una función más profunda que aún no comprendía.
Decidió probar. En la primera tienda que encontró, compró uno de esos, eligiendo al azar. Salió de ahí observando el envoltorio como si este fuera a revelar en voz alta la función del chicle. Al final, lo abrió con una precisión y cuidado increíbles, como si estuviera desarmando una bomba.
Examinó la goma antes de llevarla a su boca. El primer instinto fue tragar, pero se detuvo al instante. No debía hacerlo; debía masticar. Al principio fue lento, procesando sabor y textura. Entonces recordó que los humanos hacían globos con eso. Lo intentó.
Por unos segundos lo logró, hasta que explotó contra su cara. No se movió ni un centímetro. De hecho, permaneció inmóvil, sin siquiera parpadear, como si hubiera quedado en pausa. Solo después levantó la mano y retiró el chicle con calma, volviendo a mirarlo fijamente.
—No hay una función nutritiva. Tampoco activa sentidos. Solo un sabor ligeramente dulce y mentolado… ¿por qué lo consumen?

