Las luces se apagan. Solo queda un haz de luz que ilumina el centro del escenario. Se escucha el repiqueteo de un bastón contra la madera del suelo. Unos pasos se acercan lentamente, cada uno sonando como un compás de tambor. Entonces, una voz cálida y modulada llena el aire.

Showman:
—¡Señoras y señores, criaturas de toda forma y tamaño! —hace un giro elegante con el bastón, y la luz revela su sonrisa brillante y el destello de sus ojos marrones.— ¡Sean bienvenidos a la habitación donde las sonrisas nunca se apagan!

Extiende los brazos dramáticamente, el frac se abre como alas oscuras.

Showman:
—Soy su humilde anfitrión, su narrador, su cómplice esta noche... —inclina el sombrero con un gesto elegante— me llaman Wiliam Woodhouse, pero ustedes pueden llamarme... lo que quieran, siempre que sea con cariño.

La audiencia ríe nerviosa. Él sonríe aún más, como si disfrutara del sonido.

Showman (tono más bajo, conspirativo):
—Aquí verán lo imposible, lo prohibido, lo que tal vez les haga reír... o gritar. Y si al final de la función se van con el corazón acelerado y las manos temblorosas... entonces habré hecho bien mi trabajo.

Hace un chasquido de dedos y las luces del circo se encienden de golpe, revelando decoraciones vibrantes y un aire de misterio.

Showman:
—Así que tomen asiento, agárrense fuerte y... —su sonrisa se vuelve un poco más amplia de lo normal— ...traten de no parpadear. No querrán perderse nada.
Las luces se apagan. Solo queda un haz de luz que ilumina el centro del escenario. Se escucha el repiqueteo de un bastón contra la madera del suelo. Unos pasos se acercan lentamente, cada uno sonando como un compás de tambor. Entonces, una voz cálida y modulada llena el aire. Showman: —¡Señoras y señores, criaturas de toda forma y tamaño! —hace un giro elegante con el bastón, y la luz revela su sonrisa brillante y el destello de sus ojos marrones.— ¡Sean bienvenidos a la habitación donde las sonrisas nunca se apagan! Extiende los brazos dramáticamente, el frac se abre como alas oscuras. Showman: —Soy su humilde anfitrión, su narrador, su cómplice esta noche... —inclina el sombrero con un gesto elegante— me llaman Wiliam Woodhouse, pero ustedes pueden llamarme... lo que quieran, siempre que sea con cariño. La audiencia ríe nerviosa. Él sonríe aún más, como si disfrutara del sonido. Showman (tono más bajo, conspirativo): —Aquí verán lo imposible, lo prohibido, lo que tal vez les haga reír... o gritar. Y si al final de la función se van con el corazón acelerado y las manos temblorosas... entonces habré hecho bien mi trabajo. Hace un chasquido de dedos y las luces del circo se encienden de golpe, revelando decoraciones vibrantes y un aire de misterio. Showman: —Así que tomen asiento, agárrense fuerte y... —su sonrisa se vuelve un poco más amplia de lo normal— ...traten de no parpadear. No querrán perderse nada.
Me gusta
Me encocora
Me shockea
8
1 turno 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados