*El peso de la tela negra se desliza con cada paso, como un río de sombras sujetas a mi voluntad. Las cintas rojas no son mero adorno: son juramentos que se cierran en torno a mí, recordatorios de lo que nunca debo olvidar. Mi porte es firme, mi silencio habla más que cualquier grito.*
-“Este atuendo me envuelve como una segunda piel, sobria y rigurosa… pero dentro de mí late la chispa indómita, la electricidad contenida que me mantiene erguida, inquebrantable.
-Quien me observa puede ver delicadeza en mis trazos, pero ignora la fuerza que aguarda detrás. No necesito levantar la voz para que comprendan: basta con la mirada, basta con la presencia.
*Camino entre la luz y la penumbra… y aunque mi figura sea vestida de doncella, la esencia que guardo es la de quien jamás se doblega.”*
-“Este atuendo me envuelve como una segunda piel, sobria y rigurosa… pero dentro de mí late la chispa indómita, la electricidad contenida que me mantiene erguida, inquebrantable.
-Quien me observa puede ver delicadeza en mis trazos, pero ignora la fuerza que aguarda detrás. No necesito levantar la voz para que comprendan: basta con la mirada, basta con la presencia.
*Camino entre la luz y la penumbra… y aunque mi figura sea vestida de doncella, la esencia que guardo es la de quien jamás se doblega.”*
*El peso de la tela negra se desliza con cada paso, como un río de sombras sujetas a mi voluntad. Las cintas rojas no son mero adorno: son juramentos que se cierran en torno a mí, recordatorios de lo que nunca debo olvidar. Mi porte es firme, mi silencio habla más que cualquier grito.*
-“Este atuendo me envuelve como una segunda piel, sobria y rigurosa… pero dentro de mí late la chispa indómita, la electricidad contenida que me mantiene erguida, inquebrantable.
-Quien me observa puede ver delicadeza en mis trazos, pero ignora la fuerza que aguarda detrás. No necesito levantar la voz para que comprendan: basta con la mirada, basta con la presencia.
*Camino entre la luz y la penumbra… y aunque mi figura sea vestida de doncella, la esencia que guardo es la de quien jamás se doblega.”*

