Los hombres se ponen en pie, alineándose cuando el comandante ingresa al hangar, con las manos detrás de la espalda. Detrás de él, camina una figura femenina. Su presencia rompe la uniformidad de los operativos: rubia, joven, la piel marcada por cicatrices. Los ojos claros parecen demasiado vivos para estar bajo estas luces frías.
— Operadores, les presento al activo A-07, designación Anomaly. Es un recurso experimental, se recomienda precaución. Bajo ningún concepto se le dirige la palabra sin autorización ni se establece contacto innecesario. ¿Entendido?
Anomaly se queda a un costado, casi inmóvil, el cabello cayéndole sobre el rostro mientras recibe en las manos un rifle de propulsión electromagnética. Sus dedos recorren el arma, se familiariza rápidamente con ella, y un destello de satisfacción curva sus labios.
El proceder metódico y concentrado del escuadrón contrasta con la chispa juguetona en sus ojos. Aunque le han prohibido hablar, su mirada busca rostros, huellas de humanidad que ansía probar y conocer.
Y entonces alza la vista hacia uno de los operadores, sosteniendo el rifle, y le dedica una sonrisa, casi traviesa, como si estuvieran a punto de salir a jugar al parque.
— Operadores, les presento al activo A-07, designación Anomaly. Es un recurso experimental, se recomienda precaución. Bajo ningún concepto se le dirige la palabra sin autorización ni se establece contacto innecesario. ¿Entendido?
Anomaly se queda a un costado, casi inmóvil, el cabello cayéndole sobre el rostro mientras recibe en las manos un rifle de propulsión electromagnética. Sus dedos recorren el arma, se familiariza rápidamente con ella, y un destello de satisfacción curva sus labios.
El proceder metódico y concentrado del escuadrón contrasta con la chispa juguetona en sus ojos. Aunque le han prohibido hablar, su mirada busca rostros, huellas de humanidad que ansía probar y conocer.
Y entonces alza la vista hacia uno de los operadores, sosteniendo el rifle, y le dedica una sonrisa, casi traviesa, como si estuvieran a punto de salir a jugar al parque.
Los hombres se ponen en pie, alineándose cuando el comandante ingresa al hangar, con las manos detrás de la espalda. Detrás de él, camina una figura femenina. Su presencia rompe la uniformidad de los operativos: rubia, joven, la piel marcada por cicatrices. Los ojos claros parecen demasiado vivos para estar bajo estas luces frías.
— Operadores, les presento al activo A-07, designación Anomaly. Es un recurso experimental, se recomienda precaución. Bajo ningún concepto se le dirige la palabra sin autorización ni se establece contacto innecesario. ¿Entendido?
Anomaly se queda a un costado, casi inmóvil, el cabello cayéndole sobre el rostro mientras recibe en las manos un rifle de propulsión electromagnética. Sus dedos recorren el arma, se familiariza rápidamente con ella, y un destello de satisfacción curva sus labios.
El proceder metódico y concentrado del escuadrón contrasta con la chispa juguetona en sus ojos. Aunque le han prohibido hablar, su mirada busca rostros, huellas de humanidad que ansía probar y conocer.
Y entonces alza la vista hacia uno de los operadores, sosteniendo el rifle, y le dedica una sonrisa, casi traviesa, como si estuvieran a punto de salir a jugar al parque.

