— Era su primer día en la nueva universidad, en Tokio la gran ciudad, Reiko jamás había salido de Shizuoka en Japón pero al ser aceptada en la universidad de Japón tuvo que mudarse por si misma, sus padres costearon el viaje y su departamento que era algo pequeño pero se tenía que adaptar. Decidió intentar verse sencilla y solo aplicó algo de brillo labial sobre sus labios porque desconocía el maquillaje en general, tomó el metro hasta la universidad sin muchas distracciones y se dirigió hasta allá con paso calmado todavía era bastante temprano llegó justo a tiempo para la ceremonia de presentación y se unió a los demás estudiantes que la miraban un tanto extraño eso le causo algo de ansiedad. Al terminar todo aquello fueron a su aula correspondiente le tocó la clase 2-B. En ese momento llego lo que más temía Reiko las presentaciones y así de rápido llegó su turno. Con dificultad se levantó cuidadosamente del pupitre alzó la cabeza sin mirar demasiado a sus compañeros para no sentirse intimidada sintió un nudo en su garganta, las manos sudadas, el rostro rojo. Y con torpeza finalmente hablo entre tartamudeos. —
¡M-mi nombre es Reiko T-takanashi!.
¡M-mi nombre es Reiko T-takanashi!.
— Era su primer día en la nueva universidad, en Tokio la gran ciudad, Reiko jamás había salido de Shizuoka en Japón pero al ser aceptada en la universidad de Japón tuvo que mudarse por si misma, sus padres costearon el viaje y su departamento que era algo pequeño pero se tenía que adaptar. Decidió intentar verse sencilla y solo aplicó algo de brillo labial sobre sus labios porque desconocía el maquillaje en general, tomó el metro hasta la universidad sin muchas distracciones y se dirigió hasta allá con paso calmado todavía era bastante temprano llegó justo a tiempo para la ceremonia de presentación y se unió a los demás estudiantes que la miraban un tanto extraño eso le causo algo de ansiedad. Al terminar todo aquello fueron a su aula correspondiente le tocó la clase 2-B. En ese momento llego lo que más temía Reiko las presentaciones y así de rápido llegó su turno. Con dificultad se levantó cuidadosamente del pupitre alzó la cabeza sin mirar demasiado a sus compañeros para no sentirse intimidada sintió un nudo en su garganta, las manos sudadas, el rostro rojo. Y con torpeza finalmente hablo entre tartamudeos. —
¡M-mi nombre es Reiko T-takanashi!.

