—Cada vez que no estamos en servico activo te quedas en la base. Hazme el favor y ve a tomar aire distinto. Toma, mis llaves. —eso le dijo un compañero de equipo cuando finalmente pudieron volver a la base tras varios meses de estar fuera. Y tenía razón. Micah se quedaba en la base y, ante cualquier emergencia, era de los primeros en responder.
Esta vez, por obligación, fue diferente. Su compañero le entregó las llaves del departamento para que se quedara sin tener que pagar algún hospedaje, además, iba a cuidar el departamento mientras tanto.
Entonces, ahí estaba, recién llegado a la ciudad tras bajar del autobús que lo dejó por el área más cercana. Tomó nuevamente el papel en su bolsillo donde estaba anotada la dirección, luego levantó la vista para ver alrededor. Se sentia casi surreal el ver a todos ir en el día de manera cotidiana y no estar en constante alerta.
Acomodó un poco la gorra que llevaba puesta y comenzó a caminar, tratando de evitar chocar con el mar de gente en las calles. Era hora pico, así que para nadie era inusual que haya tanto movimiento. Excepto para Micah, demasiado tiempo fuera de una ciudad como tal, se sentía incómodo.
Esta vez, por obligación, fue diferente. Su compañero le entregó las llaves del departamento para que se quedara sin tener que pagar algún hospedaje, además, iba a cuidar el departamento mientras tanto.
Entonces, ahí estaba, recién llegado a la ciudad tras bajar del autobús que lo dejó por el área más cercana. Tomó nuevamente el papel en su bolsillo donde estaba anotada la dirección, luego levantó la vista para ver alrededor. Se sentia casi surreal el ver a todos ir en el día de manera cotidiana y no estar en constante alerta.
Acomodó un poco la gorra que llevaba puesta y comenzó a caminar, tratando de evitar chocar con el mar de gente en las calles. Era hora pico, así que para nadie era inusual que haya tanto movimiento. Excepto para Micah, demasiado tiempo fuera de una ciudad como tal, se sentía incómodo.
—Cada vez que no estamos en servico activo te quedas en la base. Hazme el favor y ve a tomar aire distinto. Toma, mis llaves. —eso le dijo un compañero de equipo cuando finalmente pudieron volver a la base tras varios meses de estar fuera. Y tenía razón. Micah se quedaba en la base y, ante cualquier emergencia, era de los primeros en responder.
Esta vez, por obligación, fue diferente. Su compañero le entregó las llaves del departamento para que se quedara sin tener que pagar algún hospedaje, además, iba a cuidar el departamento mientras tanto.
Entonces, ahí estaba, recién llegado a la ciudad tras bajar del autobús que lo dejó por el área más cercana. Tomó nuevamente el papel en su bolsillo donde estaba anotada la dirección, luego levantó la vista para ver alrededor. Se sentia casi surreal el ver a todos ir en el día de manera cotidiana y no estar en constante alerta.
Acomodó un poco la gorra que llevaba puesta y comenzó a caminar, tratando de evitar chocar con el mar de gente en las calles. Era hora pico, así que para nadie era inusual que haya tanto movimiento. Excepto para Micah, demasiado tiempo fuera de una ciudad como tal, se sentía incómodo.

