Como era costumbre de sus padres, a pesar de que ya no estaban con vida, le habían mandado regalos a su casa, este año, parecía que todos sabían su gusto por los peluches porque ahora su cama era más peluches que espacio para dormir, sus favoritos, el que le había dado Vincent y el de sus papás...incluso los de Seiji hechos a mano eran bonitos y suaves al tacto.
Como era costumbre de sus padres, a pesar de que ya no estaban con vida, le habían mandado regalos a su casa, este año, parecía que todos sabían su gusto por los peluches porque ahora su cama era más peluches que espacio para dormir, sus favoritos, el que le había dado Vincent y el de sus papás...incluso los de Seiji hechos a mano eran bonitos y suaves al tacto.