... Y el es mi hijo Hyunmin, cariño saluda a la/el dama/caballero.
— Aquel hombre mayor, de mirada seria y porte elegante había recibido en su casa a uno de sus mejores inversionistas, una persona bastante jóven con quién pretendía cerrar un buen contrato.
Hyu se encontraba sentado en el sofá jugando con su gatito, acababa de llegar del colegio y al ver a la visita simplemente lo miró de reojo con timidez y murmuró. —
Bu... buenas tardes, es un placer conocerle...
— De por si el jóven era tímido, pero en particular, aquellos socios de su padre lo ponían nervioso, no lograba acostumbrse a las formalidades y no parecía tener las mismas habilidades sociales que su padre.
Por petición del mayor se quedó en la sala, siempre insistía en que lo acompañase cuando había visitas y aunque el menor se encontraba cansado y parecía agobiado ese día, estuvo en su lugar como su padre le había pedido. Nunca entendió porque tanta insistencia en que conociera a sus clientes, quizá una estrategia para instruirlo en el negocio familiar. —
— Aquel hombre mayor, de mirada seria y porte elegante había recibido en su casa a uno de sus mejores inversionistas, una persona bastante jóven con quién pretendía cerrar un buen contrato.
Hyu se encontraba sentado en el sofá jugando con su gatito, acababa de llegar del colegio y al ver a la visita simplemente lo miró de reojo con timidez y murmuró. —
Bu... buenas tardes, es un placer conocerle...
— De por si el jóven era tímido, pero en particular, aquellos socios de su padre lo ponían nervioso, no lograba acostumbrse a las formalidades y no parecía tener las mismas habilidades sociales que su padre.
Por petición del mayor se quedó en la sala, siempre insistía en que lo acompañase cuando había visitas y aunque el menor se encontraba cansado y parecía agobiado ese día, estuvo en su lugar como su padre le había pedido. Nunca entendió porque tanta insistencia en que conociera a sus clientes, quizá una estrategia para instruirlo en el negocio familiar. —
... Y el es mi hijo Hyunmin, cariño saluda a la/el dama/caballero.
— Aquel hombre mayor, de mirada seria y porte elegante había recibido en su casa a uno de sus mejores inversionistas, una persona bastante jóven con quién pretendía cerrar un buen contrato.
Hyu se encontraba sentado en el sofá jugando con su gatito, acababa de llegar del colegio y al ver a la visita simplemente lo miró de reojo con timidez y murmuró. —
Bu... buenas tardes, es un placer conocerle...
— De por si el jóven era tímido, pero en particular, aquellos socios de su padre lo ponían nervioso, no lograba acostumbrse a las formalidades y no parecía tener las mismas habilidades sociales que su padre.
Por petición del mayor se quedó en la sala, siempre insistía en que lo acompañase cuando había visitas y aunque el menor se encontraba cansado y parecía agobiado ese día, estuvo en su lugar como su padre le había pedido. Nunca entendió porque tanta insistencia en que conociera a sus clientes, quizá una estrategia para instruirlo en el negocio familiar. —
