Bajo la luna,
tu sombra calma al lobo,
hogar en tus ojos.
En el rojo profundo de tu mirada
se enciende el contraste de mi cielo,
dos fuegos distintos que al tocarse
tejen un destino más fuerte que el acero.
Tu silueta es un reflejo de los dioses,
una danza de pétalos al viento,
un secreto que sólo la noche custodia
y que mi alma reconoce como suyo.
Tus labios son un umbral sagrado,
un hechizo que me consume en silencio,
y en su dulzura hallo la pasión
que despierta al hombre dentro del lobo,
y en ocasiones al lobo dentro del hombre.
Miyabi…
quiero amarte como se ama al misterio,
sin cadenas, sin temor,
con la furia de mi espíritu y la ternura de mi carne.
Quiero ser tu guardián en la penumbra,
tu espada contra la sombra,
tu refugio cuando el mundo arda…
y tu eternidad cuando la noche se apague.
Eres mi luna roja... en la eternidad de este lobo.
Miya 𝔎𝔞𝔱𝔰𝔲𝔯𝔞𝔤𝔦
tu sombra calma al lobo,
hogar en tus ojos.
En el rojo profundo de tu mirada
se enciende el contraste de mi cielo,
dos fuegos distintos que al tocarse
tejen un destino más fuerte que el acero.
Tu silueta es un reflejo de los dioses,
una danza de pétalos al viento,
un secreto que sólo la noche custodia
y que mi alma reconoce como suyo.
Tus labios son un umbral sagrado,
un hechizo que me consume en silencio,
y en su dulzura hallo la pasión
que despierta al hombre dentro del lobo,
y en ocasiones al lobo dentro del hombre.
Miyabi…
quiero amarte como se ama al misterio,
sin cadenas, sin temor,
con la furia de mi espíritu y la ternura de mi carne.
Quiero ser tu guardián en la penumbra,
tu espada contra la sombra,
tu refugio cuando el mundo arda…
y tu eternidad cuando la noche se apague.
Eres mi luna roja... en la eternidad de este lobo.
Miya 𝔎𝔞𝔱𝔰𝔲𝔯𝔞𝔤𝔦
Bajo la luna,
tu sombra calma al lobo,
hogar en tus ojos.
En el rojo profundo de tu mirada
se enciende el contraste de mi cielo,
dos fuegos distintos que al tocarse
tejen un destino más fuerte que el acero.
Tu silueta es un reflejo de los dioses,
una danza de pétalos al viento,
un secreto que sólo la noche custodia
y que mi alma reconoce como suyo.
Tus labios son un umbral sagrado,
un hechizo que me consume en silencio,
y en su dulzura hallo la pasión
que despierta al hombre dentro del lobo,
y en ocasiones al lobo dentro del hombre.
Miyabi…
quiero amarte como se ama al misterio,
sin cadenas, sin temor,
con la furia de mi espíritu y la ternura de mi carne.
Quiero ser tu guardián en la penumbra,
tu espada contra la sombra,
tu refugio cuando el mundo arda…
y tu eternidad cuando la noche se apague.
Eres mi luna roja... en la eternidad de este lobo.
[Miya011]

