En ella he sentido cómo la corrupción se repliega como una marea y deja sitio a piel tibia.
He sentido los huesos llenarse, la sangre correr, las articulaciones se nutrirse. Y un pulso nuevo galopando en mi pecho.
La voz que antes era quebrada encuentra nido en mi garganta.
Huelo la madera y la tierra. La huelo a ella y también la brisa que olvidé hace siglos.
Mis astas se quiebran como frágiles ramas secas. Mis manos, antes garras, aprenden la ternura de la carne.
La sed cambia a hambre.
No estoy entero. No soy exactamente humano. Pero camino erguido entre las raíces que ya no me retienen, pero aún me escuchan.
A su lado soy rey y penitente.
La noche me nombra con su aliento.
Respiro. Estoy vivo, y ese milagro tiene nombre.
He sentido los huesos llenarse, la sangre correr, las articulaciones se nutrirse. Y un pulso nuevo galopando en mi pecho.
La voz que antes era quebrada encuentra nido en mi garganta.
Huelo la madera y la tierra. La huelo a ella y también la brisa que olvidé hace siglos.
Mis astas se quiebran como frágiles ramas secas. Mis manos, antes garras, aprenden la ternura de la carne.
La sed cambia a hambre.
No estoy entero. No soy exactamente humano. Pero camino erguido entre las raíces que ya no me retienen, pero aún me escuchan.
A su lado soy rey y penitente.
La noche me nombra con su aliento.
Respiro. Estoy vivo, y ese milagro tiene nombre.
En ella he sentido cómo la corrupción se repliega como una marea y deja sitio a piel tibia.
He sentido los huesos llenarse, la sangre correr, las articulaciones se nutrirse. Y un pulso nuevo galopando en mi pecho.
La voz que antes era quebrada encuentra nido en mi garganta.
Huelo la madera y la tierra. La huelo a ella y también la brisa que olvidé hace siglos.
Mis astas se quiebran como frágiles ramas secas. Mis manos, antes garras, aprenden la ternura de la carne.
La sed cambia a hambre.
No estoy entero. No soy exactamente humano. Pero camino erguido entre las raíces que ya no me retienen, pero aún me escuchan.
A su lado soy rey y penitente.
La noche me nombra con su aliento.
Respiro. Estoy vivo, y ese milagro tiene nombre.


