— Probar cosas nuevas... —murmuró mientras caminaba por la playa, dejando que sus pies se hundieran en la arena húmeda y su mirada se perdiera en la marea alborotada. No sabía nadar; de hecho, el mar siempre le había impuesto respeto. Aun así, no dudó cuando dejó caer la botella casi vacía y comenzó a internarse en el agua.

El agua helada le mordió los tobillos y, aun así, siguió avanzando. Cada ola que golpeaba contra su cuerpo parecía pedirle que retrocediera, pero él dio otro paso, y otro más.

Por un instante, levantó la vista: la luna temblaba sobre la superficie, fragmentada en un reflejo de mil partes... Como él se sentía. Y sintió que aquel resplandor lo observaba, lo comprendía y aceptaba, y lo invitaba a dejarse llevar.

— Quizás esta sea la manera...

Y cuando el agua le llegó al pecho, se detuvo sintiendo como el frío entumía el cuerpo y apagaba sus sentidos.
— Probar cosas nuevas... —murmuró mientras caminaba por la playa, dejando que sus pies se hundieran en la arena húmeda y su mirada se perdiera en la marea alborotada. No sabía nadar; de hecho, el mar siempre le había impuesto respeto. Aun así, no dudó cuando dejó caer la botella casi vacía y comenzó a internarse en el agua. El agua helada le mordió los tobillos y, aun así, siguió avanzando. Cada ola que golpeaba contra su cuerpo parecía pedirle que retrocediera, pero él dio otro paso, y otro más. Por un instante, levantó la vista: la luna temblaba sobre la superficie, fragmentada en un reflejo de mil partes... Como él se sentía. Y sintió que aquel resplandor lo observaba, lo comprendía y aceptaba, y lo invitaba a dejarse llevar. — Quizás esta sea la manera... Y cuando el agua le llegó al pecho, se detuvo sintiendo como el frío entumía el cuerpo y apagaba sus sentidos.
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