Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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Tenlo en cuenta al responder.
En medio del bullicio de la calle, aquel hombre era apenas una sombra entre la multitud: capucha baja, paso medido, manos hundidas en los bolsillos. Invisible para todos… salvo para quien debía verlo.

Sus sentidos no descansaban. Oía más de lo que debía, olía lo que otros no podían, y por encima de todo distinguía un pulso: el tamborileo irregular de un corazón preso del miedo.

Para los transeúntes era un peatón más. Para él, cada sonido era una firma, cada movimiento una advertencia. Y a unos metros, su presa cometía el error de creer que podía desaparecer en la corriente humana.

La ansiedad lo delató primero: hombros tensos, respiración desacompasada, pasos cada vez más rápidos. Después vino la desesperación: empujones, tropiezos, la carrera torpe de quien sabe que el cazador está demasiado cerca.

Y lo estaba.
Porque el encapuchado ya lo había marcado.
Y Connor no deja escapar a nadie.
En medio del bullicio de la calle, aquel hombre era apenas una sombra entre la multitud: capucha baja, paso medido, manos hundidas en los bolsillos. Invisible para todos… salvo para quien debía verlo. Sus sentidos no descansaban. Oía más de lo que debía, olía lo que otros no podían, y por encima de todo distinguía un pulso: el tamborileo irregular de un corazón preso del miedo. Para los transeúntes era un peatón más. Para él, cada sonido era una firma, cada movimiento una advertencia. Y a unos metros, su presa cometía el error de creer que podía desaparecer en la corriente humana. La ansiedad lo delató primero: hombros tensos, respiración desacompasada, pasos cada vez más rápidos. Después vino la desesperación: empujones, tropiezos, la carrera torpe de quien sabe que el cazador está demasiado cerca. Y lo estaba. Porque el encapuchado ya lo había marcado. Y Connor no deja escapar a nadie.
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