El bosque late como el corazón de un viejo moribundo. La humedad me lame los huesos y yo lamo tu rastro, siguiendo tus pasos con la misma soltura que lo hace tu sombra.

Lo sientes, ¿Verdad? El frío que no viene del aire, sino de mi. Y se acerca a ti.
El bosque late como el corazón de un viejo moribundo. La humedad me lame los huesos y yo lamo tu rastro, siguiendo tus pasos con la misma soltura que lo hace tu sombra. Lo sientes, ¿Verdad? El frío que no viene del aire, sino de mi. Y se acerca a ti.
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