El calor de sus labios contra los míos me quemaba más que cualquier batalla. No sé cómo terminé aquí, inclinándome sobre ella, con mis manos torpes aferrándose a su costado como si temiera que desapareciera. Alexa… siempre tan distante, tan fuerte, y ahora la tenía bajo mí, con ese rubor que me hacía perder la razón.

No soy bueno en esto. Mi respiración se entrecorta, me siento un insensato por no poder controlar lo que siento. Pero, maldita sea, ¿cómo detenerme cuando cada roce me arranca algo que llevo guardando desde que la conocí?

Siento que mi pecho va a estallar, que este beso no es suficiente, que ninguna palabra alcanzaría para decir lo que me pasa. Y aun así, me hundo en él, más y más, porque por primera vez no quiero ser el caballero recto, ni el ejemplo para nadie. Solo quiero ser un hombre, su hombre, aunque sea solo en este instante.
El calor de sus labios contra los míos me quemaba más que cualquier batalla. No sé cómo terminé aquí, inclinándome sobre ella, con mis manos torpes aferrándose a su costado como si temiera que desapareciera. Alexa… siempre tan distante, tan fuerte, y ahora la tenía bajo mí, con ese rubor que me hacía perder la razón. No soy bueno en esto. Mi respiración se entrecorta, me siento un insensato por no poder controlar lo que siento. Pero, maldita sea, ¿cómo detenerme cuando cada roce me arranca algo que llevo guardando desde que la conocí? Siento que mi pecho va a estallar, que este beso no es suficiente, que ninguna palabra alcanzaría para decir lo que me pasa. Y aun así, me hundo en él, más y más, porque por primera vez no quiero ser el caballero recto, ni el ejemplo para nadie. Solo quiero ser un hombre, su hombre, aunque sea solo en este instante.
Me encocora
Me gusta
5
1 turno 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados