Por mucho tiempo he visto a los seres de este mundo caer con la misma piedra, una y otra vez. Repetidamente. Sin descanso. Los mismos errores.
¿Porqué?. Es tan simple culpar a los demás de nuestros errores. Es tan fácil cargarle el peso muerto de nuestras decisiones a los demas. Es tan sencillo ser la víctima cuando ponemos el pie para que otros tropiecen.
Y lo más irónico es que siguen sin aprender absolutamente nada. Siempre serán prisioneros de sus necesidades y miedos, sin importar cuantas veces quieran redimirse.
No encontrarán el perdón porque jamás serán capaces de cambiar el pasado y mucho menos de enfrentar el presente.
Bien. Viene llegando la hora de mover las cartas y de encontrar a mi nieta, me viene haciendo falta un recipiente nuevo que este poco a poco se desmorona.
¿Porqué?. Es tan simple culpar a los demás de nuestros errores. Es tan fácil cargarle el peso muerto de nuestras decisiones a los demas. Es tan sencillo ser la víctima cuando ponemos el pie para que otros tropiecen.
Y lo más irónico es que siguen sin aprender absolutamente nada. Siempre serán prisioneros de sus necesidades y miedos, sin importar cuantas veces quieran redimirse.
No encontrarán el perdón porque jamás serán capaces de cambiar el pasado y mucho menos de enfrentar el presente.
Bien. Viene llegando la hora de mover las cartas y de encontrar a mi nieta, me viene haciendo falta un recipiente nuevo que este poco a poco se desmorona.
Por mucho tiempo he visto a los seres de este mundo caer con la misma piedra, una y otra vez. Repetidamente. Sin descanso. Los mismos errores.
¿Porqué?. Es tan simple culpar a los demás de nuestros errores. Es tan fácil cargarle el peso muerto de nuestras decisiones a los demas. Es tan sencillo ser la víctima cuando ponemos el pie para que otros tropiecen.
Y lo más irónico es que siguen sin aprender absolutamente nada. Siempre serán prisioneros de sus necesidades y miedos, sin importar cuantas veces quieran redimirse.
No encontrarán el perdón porque jamás serán capaces de cambiar el pasado y mucho menos de enfrentar el presente.
Bien. Viene llegando la hora de mover las cartas y de encontrar a mi nieta, me viene haciendo falta un recipiente nuevo que este poco a poco se desmorona.


