𝟎𝟑:𝟎𝟎 𝓟𝓜
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La tarde cae lenta, iluminando la sala con un resplandor suave que acaricia cada rincón. Hoy volví a perderme en la ropa de otras épocas: la falda marrón claro que roza el suelo, la camisa de cuello blanco cubierta por la chaqueta café que combina con ella, el sombrero adornado con plumas que reposa sobre mi cabeza. El cabello recogido completa la ilusión de estar en otro tiempo.
Me acomodo en el sillón mientras la música llena el aire. El viejo gramófono deja escapar una melodía delicada, y casi sin notarlo comienzo a tararear. La voz se me escapa en un murmullo, como si acompañara a los instrumentos de fondo.
Por un momento olvido las responsabilidades y los títulos. Solo soy una mujer disfrutando de una tarde tranquila, envuelta en un estilo que ya no pertenece a este siglo… pero que siempre encuentro la forma de hacer mío.
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La tarde cae lenta, iluminando la sala con un resplandor suave que acaricia cada rincón. Hoy volví a perderme en la ropa de otras épocas: la falda marrón claro que roza el suelo, la camisa de cuello blanco cubierta por la chaqueta café que combina con ella, el sombrero adornado con plumas que reposa sobre mi cabeza. El cabello recogido completa la ilusión de estar en otro tiempo.
Me acomodo en el sillón mientras la música llena el aire. El viejo gramófono deja escapar una melodía delicada, y casi sin notarlo comienzo a tararear. La voz se me escapa en un murmullo, como si acompañara a los instrumentos de fondo.
Por un momento olvido las responsabilidades y los títulos. Solo soy una mujer disfrutando de una tarde tranquila, envuelta en un estilo que ya no pertenece a este siglo… pero que siempre encuentro la forma de hacer mío.
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La tarde cae lenta, iluminando la sala con un resplandor suave que acaricia cada rincón. Hoy volví a perderme en la ropa de otras épocas: la falda marrón claro que roza el suelo, la camisa de cuello blanco cubierta por la chaqueta café que combina con ella, el sombrero adornado con plumas que reposa sobre mi cabeza. El cabello recogido completa la ilusión de estar en otro tiempo.
Me acomodo en el sillón mientras la música llena el aire. El viejo gramófono deja escapar una melodía delicada, y casi sin notarlo comienzo a tararear. La voz se me escapa en un murmullo, como si acompañara a los instrumentos de fondo.
Por un momento olvido las responsabilidades y los títulos. Solo soy una mujer disfrutando de una tarde tranquila, envuelta en un estilo que ya no pertenece a este siglo… pero que siempre encuentro la forma de hacer mío.
