La última vez que fue visto fue cuando el joven Nero estaba en los aposentos de este. Su cuerpo estaba sufriendo cambios y sus guardias custodiaban el templo donde el gobernante se había recluido. En el templo ya se hacían eco los latidos que evidenciaban mi permanencia a lo que llaman vida.
La última vez que fue visto fue cuando el joven Nero estaba en los aposentos de este. Su cuerpo estaba sufriendo cambios y sus guardias custodiaban el templo donde el gobernante se había recluido. En el templo ya se hacían eco los latidos que evidenciaban mi permanencia a lo que llaman vida.
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