—Pero que encantador detalle~

De manos de sus sirvientes, había llegado un arreglo de rosas que le tomó por sorpresa, aunque no era el único ni el primero, sabía bien la adoración de algunos demonios hacia él.

Tomándolo, caminó por el hotel para comenzar a colocar pequeños jarrones con una o dos rosas, decorando un poco.
Era curioso como no había movimiento desde la fiesta, todo estaba en paz y eso, a decir verdad, lo preocupaba en demasía pues siquiera había visto a su manzanita.

—¿Será que Charlie ya se rindió?