Antaño los llamaron «dioses». Ahora, son los susurros de la locura en tu oído, la tentación encarnada, los monstruos que la medianoche te devuelve en el espejo.
Y serás la ofrenda perfecta para ellos.
Y serás la ofrenda perfecta para ellos.
Antaño los llamaron «dioses». Ahora, son los susurros de la locura en tu oído, la tentación encarnada, los monstruos que la medianoche te devuelve en el espejo.
Y serás la ofrenda perfecta para ellos.
